En ese ítem, si todo lo que hablan fuese verdad, probablemente Neymar no tendría tiempo -ni aliento- para jugar al fútbol. La relación con Bruna Marquezine fue como un reality.
Brumar. ¿Quién nunca oyó ese término? Apodo determinado para desembarcar a la pareja Brunna Marquezine y al crack Neymar.
El deporte preferido de los tabloides, sitios y revistas de chismes y de parte de los medios deportivos, las idas y venidas de la pareja tuvieron momentos de novela, de las más bien hechas a los dramáticos mexicanos. El pueblo tomaba en cuenta la relación y asumía los dolores de un lado y de otro, como si ese fuera un tema de los más importantes para el país.
La Bruna, injustamente, se atribuyó hasta los malos momentos del crack en el campo de juego. ¡Todo tonto! Como cualquier pareja, incluso por la edad, inestabilidades, idas y venidas fueron normales, pero por la fama de ambos la cosa se volvió íntima de todos.
A Neymar se le atribuye todo. Sólo tiene que disfrutar o comentar fotos de una hermosa chica y la cosa se vuelve «un supuesto».
Muchas se dedican días a desmentir el hecho. Antes de Bruna, lo que se sabe es que Neymar enamoró bien jovencito, a la madre de su hijo David Lucca, Carol Dantas.
También tuvo una rápida cita con una actriz, Daniela Carvalho. Es más, Neymar, un joven rico, talentoso, hermoso y soltero, tiene el derecho de quedarse con quien él quiera y divertirse de acuerdo a su edad. Por su condición física y calidad técnica, definitivamente, su vida sentimental o sexual en nada deberá entorpecer su carrera.