Por Antonio Farías – Periodista
Todos tenemos la esperanza que el fútbol retorne lo más pronto posible.Significará reencontrarnos con el entretenimiento más querido por la mayoría de los bolivianos. Es importante preguntarnos entonces ¿qué nivel competitivo, colectivo e individual, encontraremos? Un mes de receso sin entrenamientos ni partidos oficiales afecta negativamente el estado futbolístico de los jugadores, mucho más dos,tres o cuatro meses en similares condiciones de mínima actividad.
El fútbol boliviano sufre serias deficiencias por causas que tienen su origen desde la base (divisiones menores). En el plano técnico, producto de una formación deficiente en los fundamentos. En el aspecto táctico prima el resultado en detrimento de la asimilación de conceptos que permitan futbolistas que entiendan el juego. El ítem físico está integrado y depende del modelo y estilo que implemente el entrenador.
El fútbol que veremos en el reinicio no será atractivo como espectáculo. Los equipos tendrán dificultades para adquirir ritmo, intensidad y precisión. La falta de prácticas organizadas para adquirir control en el contacto con el balón en situaciones reales es perjudicial y obligará a buscar los puntos en disputa soslayando el formato hasta alcanzar la optimización táctica sin otorgar ventajas.
La importancia de analizar el contexto para el retorno reside, en primer lugar, en el desafío que tienen nuestros representantes en torneos internacionales.Bolívar y Wilstermann enfrentaran a equipos potentes, estructurados y con mas tiempo en la preparación. En segundo lugar el tema eliminatorias y seleccion. La reanudación del torneo implica acomodar las jornadas del fixture en pocas semanas. Existe la urgencia de encontrar una identidad para la Verde, con un plantel base y una idea de juego. La seguidilla de cotejos complicará la tarea de hallar fechas para que César Farías y sus dirigidos desarrollen una labor adecuada con el objetivo de alcanzar la estatura de equipo requerida.
Es conveniente que los seleccionados retomen la actividad antes del regreso a la competencia local, en ciclos de trabajo regionalizados pues concentrar un mes como planteó el cuerpo técnico parece, por ahora, inviable,con grupos pequeños y las medidas de bioseguridad pertinentes ya que las clasificatorias están pactadas en inicio para septiembre. Trabajar ya es la consigna, de lo contrario el combinado nacional empezará el camino a Qatar en alarmante inferioridad.