EL AÑO 2021, para Wilstermann , fue muy difícil en todos los aspectos. Escaso de triunfos y con problemas en la faceta institucional.
El tema político , las elecciones sin fecha todavía para elegir al nuevo mandamás del club, críticas permanentes al presidente Grover Vargas, impugnaciones, etc… fueron un verdadero rompecabezas durante la gestión, lo cual impidió que la misma trans-curriera con tranquilidad y terminó perjudicando la comodidad necesaria para el trabajo del equipo, afectado por los vaivenes dirigenciales.
El aspecto económico, una crisis provocada por la paralización del torneo debido a la pandemia, fue otra de las dificultades con la cual tuvo que lidiar la directiva aviadora.
Las cuentas fueron congeladas por deudas con el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN).
El incumplimiento, además, en el pago de los sueldos de los futbolistas provocó un ambiente hostil que nunca pudo ser superado del todo.
La deuda correspondiente a gestiones anteriores con futbolistas y entrenadores que prestaron sus servicios a la institución gene-raron preo-cupación, sobre todo por la amenaza de no poder realizar incorporaciones para esta temporada.
INESTABILIDAD
Wilstermann no fue la excepción en la inestabilidad que caracterizó la relación entre clubes y entrenadores.
Mauricio Soria se hizo cargo del plantel desde la pretemporada con resultados negativos desde la primera fecha con una doloro-sa derrota ante Nacional Potosí en condición de local, que fue el inicio de un corto ciclo interrumpido luego del cotejo ante Independiente en Sucre .
Llegó el argentino Diego Cagna para dirigir en dos frentes, Copa Sudamericana, que fue un fracaso rotundo, y el torneo boli-viano que tuvo un comienzo auspicioso con una racha de cinco victorias al hilo, para luego caer en un pozo futbolístico profundo.
La incapacidad deL DT Cagna para adaptarse motivó la intervención del plantel respaldando la designación del hasta enton-ces preparador de arqueros Sergio Migliaccio.
La actitud cambió de a poco, el funcionamiento táctico se fue ajustando y los resultados positivos llegaron con la conducción del uruguayo.
«El Rojo» del valle empezó a jugar bien, ganando, gustando y goleando, hasta conseguir la ansiada y salvadora clasificación a un evento internacional, en este caso la Copa Sudamericana.
LESIONES DE REFERENTES
Wilstermann tuvo que batallar contra lesiones recurrentes de hombres muy importantes para el andamiaje del conjunto.
Cristián «Pochi» Chávez, Serginho, Pipo Giménez, sufrieron afecciones musculares que los obligaron a estar alejados de la com-petencia por largo tiempo.
Cuando retornaron no alcanzaron el nivel requerido, y pese al notable rendimiento de Patricio Rodríguez, el esfuerzo de Carlos Añez y el compromiso insoslayable de Moisés Villarroel, el equipo aviador se sumió en la
irregularidad y levantó vuelo solo en la recta final, habiendo abandonado la posibilidad de luchar por el título muy temprana-mente.
Asimismo, la mala campaña en la Copa Sudamericana, quedando en el ultimo lugar de su grupo, significó un golpe anímico negativo del cual tardó en recuperarse.
FUTURO
Los desafíos para esta gestión son grandes ya con el chileno Miguel Ponce, como director técnico.
Llevar adelante la organización de comicios electorales serios, formar un equipo competitivo que permita llegar lo mas lejos posi-ble en la Copa Sudamericana y apuntar al título de campeón en cualquiera de los torneos de Primera División.
Finalmente, consolidar un saneamiento económico como fundamento para cosechar los éxitos requeridos que hagan honor a Wilstermann y su gran historia.