Por Roberto Aguirre Durán
AFalta del partido con Brasil, ya se podía hacer un balance de la pobre campaña de Bolivia en las Eliminatorias. Con pobres resultados, muy al contrario de los datos engañosos lanzados por el DT César Farías justamente antes de la última fecha doble que puso fin a un nuevo calvario para la selección boliviana rumbo a una Copa del Mundo.
Los defensores del discurso de Farías dirán que en otros procesos la selección tampoco pudo clasificar. Argumentarán que en intentos previos terminó también en la penúltima o antepenúltima ubicación. Y es cierto. Al final de la campaña, no se logró el objetivo de llegar al Mundial. Entonces, esta campaña no es mejor que las recientes.
CONCLUSIÓN PRIMERA. Pero para que la comparación sea completa, habrá que tomar en cuenta con qué condiciones de trabajo contó este cuerpo técnico en relación a los anteriores. Y ahí las diferencias son abismales. Y no se trata simplemente del sueldo asignado a Farías que es el más alto pagado hasta ahora por la FBF. Se trata del ampuloso cuerpo técnico que tuvo a disposición, de los viajes en vuelo charter, de la cesión de futbolistas… El venezolano dispuso de más y mejores condiciones, para cosechar lo mismo o menos que antes.
No es que todo fuera malo. Porque hay puntos a favor de esta campaña de ‘La Verde’, por ejemplo, tiene la mayor cantidad de goles convertidos, desde que las Eliminatorias a la Copa del Mundo se disputan en el formato todos contra todos. Además, se ha conseguido el primer empate como visitante frente a Paraguay. En contrapartida, Bolivia tiene el peor número de goles en contra en las Eliminatorias desde 1998, lo que refleja una esencia en esta selección y en su conduc-tor: el desequilibrio.
Porque no es que esta Bolivia al mando de Farías sea una máquina goleadora. Así como hay pases entre líneas, hay datos entre líneas, y cabe recordar que la mitad de esos goles fueron anotados por Marcelo Martins, el artillero de esta Eliminatoria, en un logro que tiene más del sello personal del atacante, que del fruto de un trabajo de equipo. Farías no descubrió a un goleador.
Ya lo teníamos, entonces es un mérito que no puede adjudicarse.
El empate logrado en Asunción es mérito… aunque mucho menor que el punto obtenido por Bolivia en su visita a un rival de mayor peso histórico y deportivo como es Brasil, eso ocurrió en la Eliminatoria para el Mundial de México ’86 cuando el DT era el chileno Raúl Pino, un logro que se repitió para la Eliminatoria de 2010 con un empate sin goles y con Erwin Sánchez como entrenador, en un partido que Bolivia disputó desde el minuto 52 con un jugador menos por expul-sión de Ignacio García por falta sobre Robinho.
¿QUÉ DEJA ESTE PROCESO? La convocatoria para los dos últimos partidos incluyó varias caras nuevas, o que con poca frecuencia aparecieron antes. Pero otra vez cabe leer entre líneas. Se trata de una movida estratégica del entrenador para dejar la impresión, en la digamos ‘última jugada’ de esta Eliminatoria, que dio paso a una renovación, y en sus palabras a una renovación que supera anteriores procesos.
Y ESO ES UNA FALSEDAD. Empero, el periodista y estadístico Víctor Quispe, en su cuenta de Twitter, devela que el actual DT de la selección nacional suma los debuts de los dos periodos en los que estuvo al frente del seleccionado, eso lo pone en una injusta ventaja respecto a los entrenadores que dirigieron a ‘La Verde’ en solamente una gestión.
Quispe en cambio plantea una tabla en la que toma en cuenta un periodo por entrenador, y a los que tienen más de uno le reconoce el ciclo en el que dieron paso a mayor cantidad de debutantes. En esa tabla, Erwin Sánchez ocupa el primer lugar, con una ventaja considerable.
‘Platiní’ hizo debutar a 34 futbolistas durante su paso como entrenador de la selección boliviana, contra 25 de Farías en su mejor ciclo. Héctor ‘Bambino’ Veira, muchas veces defenestrado en las evaluaciones, completa el podio con 21 debutantes.
Detrás aparecen Xabier Azkargorta (18), Mauricio Soria (16), Julio César Baldivieso (12), Antonio López (11), mientras que Gustavo Quinteros (10) es el entrenador que menos recambio hizo en el seleccionado en las últimas tres décadas.
Hay jugadores que debutaron en este proceso, claro, pero es algo que siempre ocurrió, Farías no puede echarse los méritos que en cambio tienen los entrenado-res que formaron a esos nuevos valores en sus clubes, o aquellos DT que les dieron la oportunidad de poder debutar en primera división. Al contrario, llama la atención que Farías llamara a 53 futbolistas para la visita a Ecuador, y la mitad de esos futbolistas nunca más fueran tomadas en cuenta. ¿Fue una jugada de marketing, acaso, como la denunciada en su momento por Fernando ‘Menona’ Saucedo? El tiempo, y la pelota, lo dirán.
El vergonzoso 0-4 sufrido ante Brasil decretó el final de la Eliminatoria. Bolivia quedó otra vez fuera de una Copa del Mundo. Con un proceso que tuvo más errores que aciertos. Luces y sombras. No permitamos que falsos balances muestren solamente la parte que es conveniencia del entrenador, que ciertamente no tiene toda la culpa del fracaso porque no es su responsabilidad la falta de buenas canchas, o que la competencia interna sea deficiente. Pero tiene culpa en convocatorias tan extrañas como forzadas, no tener un onceno base, e insistir en un discurso engañoso, en el que pretende auto exonerarse de las culpas propias, las que aportó a esta nueva debacle, de la que se quiere desmarcar. Es un raro capitán, de los que rehúye a hundirse con su barco.