PASÓ UN AÑO DE LA MUERTE DEL EX PRESIDENTE DE LA FBF, QUE DEJÓ COMO LEGADO INFRAESTRUCTURA Y GESTIÓN DEPORTIVA.
Por Roberto Aguirre Durán
El dirigente de fútbol e historiador cochabambino Mario Suárez Riglos planteó mandar a levantar un monumento para Edgar Peña Gutiérrez, quien fuera presidente de la Federación Boliviana de Fútbol entre 1978 y 1986, periodo dorado del ente federativo pues fue cuando se sentaron las bases de la infraestruc-tura que actualmente posee y también se impulsó una administración moderna y eficiente.
La moción para construir un busto en homenaje a Peña fue presentada por Mario Suárez durante el ho-menaje organizado hace un par de semanas por familiares del past presidente de la FBF, quien falleció el año pasado en Santa Cruz de la Sierra a los 83 años.
Peña surgió en el fútbol cruceño, inicialmente como presidente del club Universidad, del que se catapultó a presidir la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF) entre 1963 y 1978, en un periodo que es considerado dorado para esa institución.
GRAN LEGADO
En quince años de gestión, Peña dejó como legado el edificio en el que hasta ahora funciona la secretaría de la ACF, sobre la calle Bolívar, en pleno centro de la capital cruceña. En la primera planta funciona un ambiente para reuniones y eventos, en la segunda las oficinas administrativas y sala médica, en tanto que en la tercera se encuentra el salón de eventos donde tuvo lugar el acto de homenaje.
Además, en la gestión de Peña fue adquirido un terreno ubicado frente al aeropuerto Viru Viru, donde en 2016 se inauguró el estadio que lleva el nombre del fallecido dirigente. “Édgar compró ese lugar para construir un Centro de Alto Rendimiento. Tenía el proyecto, elaborado por una empresa israelita”, reme-moró Mario Suárez Riglos, historiador y expresidente del club Oriente Petrolero.
Edgar Peña, nacido en la provincia Velasco, dio el salto a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) que presidió entre 1978 y 1986, se convirtió en el primer dirigente cruceño en dirigir el ente rector del balompié boliviano, logrando reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Uno de sus mayores aciertos fue comprar el edificio en el que actualmente funciona la FBF, en Cocha-bamba, frente al estadio Félix Capriles. Durante su gestión federativa Bolivia tuvo por vez primera un árbitro en la Copa del Mundo, con la presencia de Luis Barrancos en España ’82.
Otro de los puntos altos fue la decisión de haber enviado a un equipo de la Academia Tahuichi a represen-tar a Bolivia en el Sudamericano de Lima de 1986, equipo que se consagró campeón y que tenía en sus filas a jóvenes talentos como Marco Etcheverry, Luis Cristaldo, que unos años después formaron parte del equipo que logró la clasificación al Mundial de 1994.
“Por supuesto, llegaron críticas, se habló de favoritismo, de regionalismo y de cosas parecidas. Peña le puso el pecho a las balas y se mantuvo firme en su idea. El talento de los jugadores que conquistaron el trofeo le dio la razón, y el tiempo mucho más. Edgar Peña fue pues el gran gestor del segundo título continental de Bolivia en su historia”, escribió el historiador Carlos De Mesa, en su libro Historia del Fút-bol Boliviano.
Más polémica fue todavía la decisión de Peña de cambiar la habitual sede de Bolivia para las Eliminato-rias al Mundial de México 86, que no se jugaron en La Paz, sino en Santa Cruz, tras un fallido primer ciclo de preparativos al mando del entrenador argentino Carlos ‘Chamaco’ Rodríguez, quien concentró al seleccionado a orillas del Lago Titicaca, sin condiciones para entrenar. Bolivia hizo una gira y fue goleada por Perú, Ecuador y Venezuela. Ante el fracaso de la tarea asignada a la Comisión Seleccionadora, que integraban dirigentes de clubes, y con las Eliminatorias por comenzar, Peña disolvió ese seleccionado, echó a ‘Chamaco’ y optó por conformar de emergencia un seleccionado en base a Oriente Petrolero y Blooming que estaban jugando la Copa Libertadores. La sede pasó a la ciudad sede de ambos equipos.
A órdenes de Raúl Pino (DT de Blooming), Bolivia empató ante Paraguay 1-1 y cayó 0-2 ante Brasil en casa. En las revanchas, perdió 3-0 en visita a Paraguay y consiguió el histórico empate 1-1 ante los bra-sileños en San Pablo.
Peña es recordado más por esa decisión, que por su legado en infraestructura y administración deportiva en la ACF y en la FBF. Llegó a la FIFA y durante seis versiones de la Copa del Mundo integró el Comité de Apelaciones del torneo.
Jorge Barraza, exjefe de prensa de la Confederación Sudamericana de Fútbol, en una grabación de video exhibida durante el homenaje, lo recordó así: “Fue un dirigente excepcional, un hombre muy culto, muy leído. Con una honradez y una personalidad avasallantes. Puedo decir que tanto Joao Havelange, presidente de la FIFA, como Nicolás Leoz, presidente de Conmebol, le tenían un respeto reverencial, porque era una voz autorizada, un irreemplazable. Era de la época en la que los dirigentes llegan al fútbol a poner, no a sacar”.