Bolívar es el legítimo campeón del torneo Apertura 2022. El itinerario que recorrió el equipo celeste tuvo pocos altibajos y sorteó la mayoría de los obstáculos sin mayores problemas hasta coronar su campaña en el partido final ante su tradicional rival.
Los resultados mandan en el fútbol y las victorias permiten alcanzar el éxito, pero las victorias y los resultados positivos son el producto de los buenos rendimientos colectivos, individuales, tácticos y físicos.
La necesidad del club académico para ganar el reciente campeonato era imperiosa, no había posibilidad de revancha y una derrota haría olvidar todo lo bueno que se hizo durante el semestre. Por eso sorprende el aplomo con el cual el plantel del brasileño Antonio Carlos Zago afrontó el compromiso final, arrollando a su rival. Sin embargo no todas las razones de la consagración deben buscarse en ese cotejo sino en una coherente y también responsable conducción dirigencial, como técnica y así también en una performance global desde el inicio de la competencia.
- LA VICTORIA EN LA FINAL.
Parece una obviedad destacar la victoria abultada por 3 a 0 ante The Strongest en el encuentro final como primera razón para la consecución del título, pero no lo es pues fue la demostración palpable que en el fútbol no existen las casualidades y la jerarquía se impone si es que no intervienen aspectos que tengan que ver con el azar o la casualidad.
Bolívar alcanzó en el cotejo decisivo su mejor versión. Fue una actuación impecable, una performance casi perfecta en todos los aspectos del futbol: agresividad, contundencia, velocidad, orden, despliegue físico, etc, etc. Desde el primer gol logrado a los 18 segundos hasta el minuto noventa la superioridad de los celestes fue tan abrumadora que aun el marcador quedó chico ya que el resultado, contando las opciones claras a su favor, pudo terminar con un 6 a 0 fácilmente.
La dimensión del triunfo se entiende en el contexto de que era en un superclásico, en una finalísima ante uno de los mejores equipos del apertura y con la obligación de ganar si se querían evitar disgustos más allá de la derrota, como el desmantelamiento del plantel o el alejamiento del cuerpo técnico. - LOS NÚMEROS.
Bolívar fue el equipo más goleador del torneo con 53 a favor, tuvo a los tres goleadores con Da Costa a la cabeza además de Bruno Miranda y Bruno Savio.
El arco celeste, defendido la mayor cantidad de encuentros por Rubén Cordano, fue el menos vencido con tan solo doce contrastes, menos de un gol por partido en un notable promedio. Este equilibrio entre productividad ofensiva y seguridad defensiva le otorga una excelente diferencia de 41 a favor, es decir un promedio de cinco goles contra solamente uno de sus rivales.
Disputó 21 partidos de los cuales ganó 16, empató 1 y perdió cuatro. En condición de local alcanzó 10 triunfos y sufrió solamente 1 derrota. Como visitante su campaña también fue muy buena con 6 victorias , 1 empate y 3 derrotas. - EL EQUIPO.
Antonio Carlos Zago tuvo la gran capacidad de usufructuar la capacidad de cada uno de sus jugadores en bien del equipo, aún del “Pato” Rodríguez, individualista en grado máximo, convertido en un valor del juego de conjunto sin resentir su habilidad desequilibrante. Los celestes de La Paz fueron solidarios en todas sus líneas, respaldándose mutuamente, apretados, unidos y solidarios con la batuta del entrenador brasileño.
4: ACTITUD Y APTITUD.
Actitud para buscar siempre ser superior a su rival de turno. Zago logró algo importante, partir de la ambición de ganar y despejar las dudas y el temor a la derrota. Cuando la academia paceña pensó en someter al rival y no esperarlo, presionar y evitar ser presionado, tener el arco del frente entre ceja y ceja y la retaguardia lejos del arco propio, entonces el camino al triunfo se hizo menos dificultoso.
Esta actitud ganadora necesita sin embargo de la aptitud, es decir el conjunto de capacidades técnicas de los jugadores, su capacidad física y disciplina táctica. Bolívar contó con intérpretes adecuados en estos aspectos para llevar adelante un objetivo definido: el campeonato. - EL MODELO DE JUEGO
Aquí ya ingresamos al rubro táctico y el de Bolívar está claramente delimitado partiendo de un estilo generoso, propositivo, de ataque y verticalidad, de manejo prolijo del balón desde el inicio soslayando los balonazos largos y sin destino.
El sistema elegido fue el 3 – 5 – 2, con tres defensores, dos laterales de gran recorrido, tres medios que se distribuyeron según la necesidad en un posicional y dos interiores o dos de contención y un enganche. Y casi siempre dos delanteros y a veces tres con extremos y centro o media puntas y un ariete.
En su organización defensiva enfatizó casi siempre la presión tras pérdida, recuperar el balón apenas lo perdía en cualquier sector de la cancha. También practicó la presión alta ahogando al rival en la misma salida de su área, con el propósito de obtener la tenencia lo más cerca posible del arco contrario.
Su planificación en ataque pasó por proponer una salida limpia desde su primera línea, con descarga por las bandas. La progresión en el mediocampo ensayó con eficiencia el tránsito rápido y de combinaciones a favor de futbolistas con buen pie. La finalización tuvo variantes, desborde por las bandas, sociedades por los costados, profundidad en los últimos metros, también centros y remates si el rival cerraba los espacios y, sobre todo, contundencia y precisión en la definición.
Bolívar manejó como nadie los contraataques aprovechando la desorganización de sus rivales con transiciones punzantes y letales, bien elaboradas y de amplio repertorio. Otorgarle espacios a Bolívar significaba exponerse a la goleada.
Las acciones a balón parado fueron un arma fundamental con el centro aéreo y el cabezazo. - LA EVOLUCIÓN DE LA LÍNEA DEFENSIVA
El entrenador se definió por una línea de tres de inicio, cinco en retroceso, con repliegue de los laterales-volantes.
Con defectos lógicos del comienzo intentando lograr un funcionamiento que con el transcurrir de los cotejos fue creciendo, evolucionando hasta conseguir una solidez imprescindible para un equipo que agranda el campo para atacar y que por eso replegar le cuesta un poco. Los de atrás generalmente resolvieron y solucionaron los problemas de este estilo generoso y ofensivo. - MEDIOCAMPO CREATIVO Y DINAMICO
Contuvo bien el juego medular de los equipos a los que enfrentó, recuperó con asiduidad el balón y progresó con dinámica y soltura para ganar terreno hacia adelante. Defendió posiciones, mostró equilibrio y agregó las virtudes anímicas de vigor, determinación y entereza cuando las “papas quemaban”. - LA MOVILIDAD DE SU ATAQUE
Sus delanteros no trabajaron sobre posiciones fijas, se movieron bastante usando el ancho del ataque, bajaron y subieron con ciertas armonía, sostuvieron el principio de llegar al área rival en lugar de estar o permanecer. La quietud nociva dio lugar a los movimientos elaborados y persistentes.
A los delanteros se sumaron los laterales en constante ida y vuelta, aparición y desmarques en profundidad, por la raya o por el centro, y el desdoblamiento de los mediocampistas para acompañar al vació y sorprender. Bolívar fue un equipo con gol. - SUS INDIVIDUALIDADES
Cualquier equipo vencedor necesita de un funcionamiento táctico adecuado y un bagaje técnico importante. Y los celestes tuvieron ambos en similares proporciones.
Los más destacados fueron César Martíns ubicado en el centro de la defensa barriendo a espaldas de sus compañeros. José Sagredo y su versatilidad para ocupar carril central o lateral, mandarse al ataque con criterio y anotar algunos goles determinantes.
El mediocampo contó con el temperamento de Leonel Justiniano, siempre correcto en la marca y con el aire suficiente para desdoblarse apoyando en ataque. El español Alex Granell exhibió su gran precisión en el manejo de la redonda y aportó su experiencia. Gabriel Villamil fue una aparición de crecimiento gradual pero continuo, con fortaleza y personalidad. Roberto Carlos Fernández entregó su potencia y velocidad y su pertinencia para participar en la generación.
En la delantera la presencia en principio dubitativa y discontinua de Xico Da Costa hasta alcanzar una preponderancia con goles claves y de gran factura en las finales. Bruno Savio, un goleador que tiene la virtud de aparecer en los momentos precisos y destacado por su sacrificio cuando su pericia goleadora no aparece. Bruno Miranda ponderado por ser suplente mucho tiempo y aún así convertirse en uno de los goleadores. Y finalmente el “Pato” Rodríguez, ambiguo entre un enlace o delantero, definiendo poco su ubicación pero con la dosis de espectacularidad que para la tribuna significa espectáculo.
Bolívar tuvo un plantel homogéneo donde sus figuras jóvenes como Uzeda, Lima, Chávez o Villarroel, jamás traicionaron la confianza de su entrenador y de la hinchada. - UN ENTRENADOR INTELIGENTE
Eso fue Antonio Carlos Zago, adaptándose a las características de sus dirigidos, encontrando el mejor funcionamiento a medida que transcurría el campeonato, definiendo un esquema de juego en el cual los futbolistas se sintieron más cómodos, consiguiendo de estos entrega, compromiso y solidaridad. Planificó bien los partidos definitorios, salvo el partido de ida ante Oriente por cuartos de final donde fue derrotado por especular demasiado.
En un conjunto ganador, la mente lúcida y el discurso coherente de su entrenador fue factor fundamental para la consagración.