POR ANTONIO FARÍAS
GUSTAVO COSTAS eligió trabajo y perfil bajo como características de su oficio como entrenador. Es muy difícil leer o escuchar declaraciones altisonantes, juicios extremos o frases fuera de lugar por parte de este argentino nacido en Buenos Aires un 28 de febrero de 1963.
Sus orígenes futbolísticos, prácticamente toda su carrera como jugador, están vinculados a Racing de Avellaneda. Allí se formó desde divisiones menores, se hizo profesional, fue campeón e ídolo de la hinchada albiceleste.
También se inició como entrenador, en dupla con Humberto Maschio, en el club de sus amores, cuando éste atravesaba una situación muy difícil en lo institucional. Luego transitó parte del mundo dirigiendo a diferentes equipos: Paraguay, Perú, Ecuador, Colombia, Arabia, México y ahora Bolivia, pues fue escogido como director técnico de la selección nacional.
GANAR NO ES LO MÁS IMPORTANTE, LO ES TODO
Lo dijo cuando asumió la dirección técnica del Independiente Santa Fe de Colombia, con total seguridad pues ya antes su trayectoria incluía éxitos al mando de Alianza Lima, Cerro Porteño y Barcelona de Ecuador, equipos con los cuales se había consagrado cam-peón. Después de esa frase ganadora no decepcionó a los hinchas pues, a falta de uno, logró cuatro títulos para el equipo albirrojo.
Estamos hablando de un profesional acostumbrado a ganar, a celebrar títulos, y a dejar una excelente imagen por su capacidad de trabajo y pragmatismo.
Hace fácil lo que generalmente es más difícil: llegarle al jugador, hacer comprensible su idea, ayudarle a captar su mensaje sin interferencias y asociarlo a la política del trabajo fuerte y disciplinado para alcanzar los objetivos propuestos.
SACRIFICIO
Es una palabra que no falta en su vocabulario. El mismo Costas tuvo que mostrarlo cuando se iniciaba en el balompié y aún trabajaba como celador en una fábrica de su ciudad natal. Entrenaba con el equipo y, rápidamente, se cambiaba y corría para cumplir con su labor extra futbolística. Esto llamó la atención de su preparador –Carlos Cavagnaro- quién le preguntó a dónde iba tan apresurada-mente dejando la cancha y sus compañeros aún vistiéndose. Cuando Gustavo le refirió la complicada situación, obligado por la circunstancia de escasez en su hogar, Cavagnaro le exigió que renuncie a su puesto en la fábrica y se dedique plenamente al fútbol. Lo citó aquella noche a las oficinas del club y persuadió a los directivos que arreglasen un monto de dinero superior al que percibía hasta aquel momento. De esa manera firmó el primer contrato de su vida y se convirtió en futbolista profesional.
LA PRESENTACIÓN
El viernes 19 de agosto, en un céntrico hotel de la sede de gobierno, Gustavo Costas fue presentado como el nuevo entrenador de Bolivia. Firmó el contrato y adelantó conceptos acerca del futbol boliviano y la tarea que cumplirá a partir de noviembre.
“Estoy muy ilusionado y muy contento de asumir este desafío. Agradezco a la gente que me expresó su cariño desde que llegamos a la ciudad.”
“Si queremos lograr algo importante debemos estar unidos. Si no estamos unidos será imposible… Invito a todos, presidentes de los clubes, cuerpos técnicos, periodismo, a trabajar juntos para alcanzar los objetivos. Abro las puertas a todos para que nos acompa-ñen…”
“En noviembre encararemos el primer micro ciclo de trabajo, mientras tanto mis colaboradores ya están realizando lo que corres-ponde en la evaluación del futbol boliviano y sus integrantes.”
“Debemos cambiar actitud y valores, considerarnos ganadores y hacernos imbatibles aquí, en nuestra casa…”
LOS DESAFIOS DE COSTA
1
. Gustavo Costas debe lograr resultados, mejor si son desde un inicio. Su trayectoria, su palmarés, el sueldo alto que recibirá, lo obligan a trazar objetivos ambiciosos desde el comienzo.
Él no está llegando como formador de nuevos valores, lo está haciendo como timonel de un barco que buscará no naufragar como ocurrió en la reciente eliminatoria. Debe buscar la clasificación al Mundial 2026 comprendiendo que la selección mayor es siempre la culminación de un proceso y no un laboratorio donde se realizan experimentos.
2
. Encontrar un equipo base y que sea competitivo. No cuenta con un universo amplio de jugadores convocables. Siendo generosos no son más de 35 incluyendo a quienes actúan en clubes del exterior. Esta es una limitante, sin duda, porque además su labor deberá incluir, en caso de convocar a hombres más jóvenes, la transmisión de conceptos tácticos desconocidos para la mayoría de ellos. Para ser competitivo a nivel de eliminatorias mundialistas, el plantel nacional debe contar con un buen bagaje táctico y un caudal técnico abundante.
3
. Conseguir una gran cantidad de puntos de local. O sea, en La Paz, en el Hernando Siles, con la altura como aliada, pero no como ventaja si no se aplica un estilo de fútbol intenso y dinámico, rápido y contundente, agresivo y que someta al rival. Para esto se necesita tiempo de trabajo, consenso con los clubes para establecer los períodos de micro ciclos en los cuales el técnico asentará su metodología.
Que no tenga inconvenientes para tener a su disposición la lista de convocados al tiempo requerido. Observar, convocar y tiempo para trabajar son requisitos fundamentales para construir una base, una idea, una propuesta, una estructura de equipo.