Por Roberto Aguirre Durán
COMO EN SUS mejores tiempos, Víctor Hugo ‘Tucho’ Antelo metió un golazo, pero esta vez, fue en las redes sociales. Un mensaje de reconoci-miento a un trabajador de la prensa se hizo viral y cosechó cientos de ‘likes’, además de decenas de expresiones de apoyo.
Hay que tomar en cuenta que en el mundillo futbolero abundan los elogios (también críticas) de los comunicadores hacia los deportistas, pero es poco habitual que las felicitaciones surjan en sentido contrario, es decir, del jugador hacia el periodista. Si las hay, son las menos, y suelen ser en el ámbito privado.
Por eso resultó tan particular el mensaje público de Tucho para distinguir la labor del fotógrafo José Carranza Galarza, nacido en Cochabamba en el año 1942 y que cuando apenas contaba con 19 años se trasladó a la capital cruceña en busca de mejores horizontes. Al inicio, con labores diversas, relacionadas con la gastronomía o la construcción.
Una cámara de las que fabricaban en el siglo pasado y funcionaban con rollo le abrió las puertas del registro periodístico, al principio en la cobertura de eventos sociales. Se hizo conocer con su trabajo y fue así que el ya desaparecido diario El Comercio le abrió sus puertas, para publicar imágenes de los partidos de la Asociación Cruceña de Fútbol.
Durante una década, la fotografía de equipos de la Primera A Primera B, de talentos en divisiones de ascenso y juveniles, de figuras que llegaban del extranjero, fueron retratadas por Pepe Carranza. Con la creación de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano en 1977 aparecieron más necesidades de la prensa y Carranza pasó a formar parte del personal del suplemento deportivo del periódico El Deber.
Vino entonces una etapa de consolidación, porque su trabajo se hizo conocido a nivel nacional, lo que le valió ser tomado en cuenta como corresponsal para diarios de La Paz y Cochabamba. Tuvo el mérito de adaptarse a los nuevos tiempos, cambió el cuarto oscuro de revelado de rollos por las cáma-ras digitales, también aprovechó la edición y envío digital de fotos… Son algunos de los puntos altos para su vigencia, cuando está a punto de cumplir 81 años.
Por eso, el reconocimiento de Antelo, el máximo goleador en la historia del fútbol profesional boliviano, fue tan bien recibido. “Lindo y emocionante homenaje a un grande del fotoperiodismo en Bolivia”, escribió el periodista Jorge Asturizaga. Por su parte, el exfutbolista Marco Francisquine expre-só: “Gracias a ambos por dar tanto por el deporte en nuestro país”.
La publicación de Tucho
A través de su cámara ‘Pepe’ Carranza encontró la manera de transcender en la vida de muchos futbolistas a lo largo de más de cincuenta años de profesión; corrían los primeros años de la década del ’80 cuando su lente empezó a capturar momentos importantes de mis inicios en la Primera B de la ACF, años en los que el técnico confiaba en mi fútbol y Carranza lo reafirmaba retratándome cada semana.
Con el paso del tiempo su presencia, sus imágenes, supieron acompañarme durante mi carrera, convirtiendo instantes efímeros en imborrables con su lente preciso. Hoy tuve la fortuna de recibirlo en casa, máquina en mano se presentó a cumplir con su labor fiel a su estilo, un octogenario Carranza con la lucidez envidiable de su alma joven tras cumplir con su trabajo me acompañó a recordar muchos pasajes de mi vida deportiva, desde mis inicios que disfruté con vehemencia, pasando por mis años de bonanza en el gol, hasta el recorrido que como técnico ahora me toca vivir.
Viajamos en el tiempo, vimos juntos la primera foto que me tomó vistiendo la camiseta del club Universidad pudiendo emocionarnos juntos. Don José es y será una verdadera estrella del fútbol cruceño, con su cámara eternizó el legado de varias generaciones de futbolistas que derrocharon talento en esta tierra, aunque siendo justos, toca reconocer que el gran jugador es él, con su toma certera; siendo justos también, le agradezco por cada imagen que tatuó en mi retina, con las que hoy sigo emocionándome como aquel ‘pelau’ de sus fotos vistiendo la letra U en el pecho. Gracias José Carranza por su talento, ese que sólo tienen los apasionados por el fútbol; porque sus fotos son motivo de alegría y emoción para quienes disfrutamos de su amis-tad y su trabajo.