Terminó la Copa América USA 2024 con un fracaso total de la verde, la “verde desteñida”. Y van 27 años que dejamos de ser protagonistas de este torneo donde la única estrella ganada fue en 1963, y es que esta vez el técnico brasileño Carlos Antonio Zago se lavó las manos asegurando que con equipo joven se fue a ganar experiencia por encargo de la FBF.
Antes de jugar los tres amistosos previos a esta Copa, Zago y la FBF apuntaban a ser protagonistas de la cita. El discurso varió tras las tres caídas, y el nuevo discurso fue “hay que rejuvenecer” esta selección de cara a lo que se viene en la eliminatorias mundialistas.
Tras esa opaca y vergonzosa campaña, en todo el país hay total decepción y debería haber preocupación en la privilegiada clase dirigencial, que decidió quedarse en el país del norte.
Zago llegó sorpresivamente al cargo recomendado por un cómodo funcionario que ya estuvo con otros varios técnicos, sin proyecto, sin planes y con un equipo al que le falta pertenencia e identidad y donde hasta le cambiaron los colores tradicionales al “equipo de todos”.
El brasileño, que también sostuvo que Bolivia apunta al Mundial de 2030 dejando entrever que se hará poco o nada en la actual eliminatoria, descarga que la decisión de rejuvenecer al equipo es de la cúpula federativa, del presidente y no de él, y que solo cumple ordenes. Y si se tiene que ir, se irá sacudiéndose el polvo… y con suficiente dinero para vacacionar el resto del año como lo hace el argentino Gustavo Costas.
Entre tanto todo un país quedará nuevamente engañado y frustrado. Es hora de ponerse firmes y exigir un mejor trabajo en el fútbol de todos los protagonistas y no ser cómplices de este show.