Por Edgar Tejerina Casablanca
Las buenas actuaciones de Miguel Terceros en la Selección Nacional y aquellos tres goles conquistados con la Verde y de buena factura, han originado una fuerte fiebre “Miguelito” en el país que obliga al Proyecto Bolivia 2022 a expandirse.
El empresario español Jordi Chaparro, gerente general de 2022, se muestra feliz por este pedido de la alcaldesa de el Alto. “Firmamos un convenio para la apertura de una escuela en El Alto, que nos ofrece buenas condiciones para estar en la ciudad más alta del país y bueno, seguimos creciendo”.
Miguelito jugador formado y madurado en el Santos FC de Brasil, causó sensación con sus brillantes actuaciones en el estadio de Villa Ingenio, donde los niños lucen camisetas verdes con el nombre del jugador.
El proyecto pretende seguir creciendo en el territorio nacional. Ya se tiene la base central en Santa Cruz. “La Paz fue un éxito este 2024 donde ganamos todos en las distintas categorías, estamos en Tarija y pronto estaremos en Cochabamba”.
Así como Miguelito, decenas de chicos ya comienzan a salir al exterior a la sombra de Bolivia 2022.
Cómo nace el proyecto
Decepcionado por el fútbol profesional, Jordi Chaparro, que montó la cadena de los Cine Center en el país, decide invertir esos recursos en el fútbol base para su fomento en el país y con notable éxito a través del Proyecto Bolivia 2022.
Chaparro que tiene como base de sus operaciones a Estados Unidos, España y Brasil quedó totalmente decepcionado por lo que pasó en la Copa Center, que reemplazo a la Copa Aerosur, un exitoso torneo de verano. “Tuve una mala experiencia, me decepcioné totalmente y así que decidí invertir en el fútbol base y todo se consolido cuando hablé con Jordi Molá, un hombre experto en ese tema”.
El proyecto nace en 2015 con la meta de sacar resultados en 2022. El empresario tiene un hijo, Alan, el que jugaba fútbol en Miami y fue seleccionado para ir la academia del Barcelona. “Pasó en 2014 cuando Jordi Molá llega a Estados Unidos, el era director de la Academia del Barcelona FC, lo vi, hablé con él y lo convencí de venir a Bolivia para este proyecto, aún no lo puedo creer como es que lo conquiste”.
La base de operaciones del proyecto era Santa Cruz, asi que Molá llegó a Bolivia por un mes para ver donde trabajará. “Vino con su novia ese tiempo, hoy ya tiene 2 hijos bolivianos y bueno… creamos este monstruito con patas”.
Molá hizo un estudio en campo y le comentó a Chaparro, que “en Bolivia hay mucho talento a explotar, pero que se requería de medios y competición para sacar jugadores de primer nivel y que sean aporte a la selección nacional”, y entonces se comienza a trabajar hasta edificar una moderna infraestructura para iniciar serias labores y competencia que no hay en el país.
Madurez
La fundación comienza a trabajar y buscar que los chicos que llegan a su casa, tengan un trabajo asesorado por profesionales, y alternen entre el estudio y el juego. “Paso a paso hemos ido aportando con jugadores sobre todo al Brasil y nos trazamos como meta en aportar con unos 3 a 6 jugadores a la Verde. Tenemos ya varios. Hay muchas condiciones por explotar, asi que necesitan formarlos en el exterior, Miguelito, por ejemplo, juega contra equipos de alto nivel donde madura futbolísticamente rápido”.
La fundación tiene en Brasil un Centro de Alto Rendimiento en Bahía, en Rondonia un equipo que juega la Serie A y donde se extenderán con la escuela en 2025. “Vamos a mandar unos 6 a 7 jugadores para que maduren con el equipo de Rondonia, donde tenemos técnicos que trabajan con ellos”. Tienen actividad en la Copa Brasil y el Brasileirao.
Chaparro también comenta que tienen 17 jugadores en primera del Brasil, seis en el Santos FC y uno en el Atlético Mineiro.
Difícil
Tras la muerte de su madre, Miguelito tardó en asimilar esa perdida y en el Proyecto 2022 se temía su alejamiento. “El es fama y preocupación. Tiene 20 años al que le llegó de golpe la fama y había que cuidarlo y mucho. Iniciamos una tarea de concienciarlo, le habló Molá, felizmente tiene la cabeza muy en orden, aunque no es Superman, fue fácil y sencillo llegar a él”.
Molá con la experiencia que adquirió en el Barcelona FC, en una visoria realizada por la Academia Tahuichi vio a Miguelito de 11 años y aposto por él, llevándolo al Mundialito de Portugal y luego España, habiendo destacado nítidamente.
En Brasil ya sentaron presencia. “Estamos muy agradecidos al Santos FC, porque fueron nuestra puerta de entrada, en un fútbol que era difícil acomodar a un boliviano. “No fue fácil jugar la Serie A, costo mucho tiempo y había un DT que ayudo. Ya jugaron Osinaga, Miguelito y Enzo. Tenemos seis jugadores en el Pixie”.
Sostenimiento
Decepcionado del fútbol profesional bolivianos, de aquellos dirigentes que controlaron la segunda Copa Center, Chaparro decidió emprender con todo para consolidar el Proyecto Bolivia 2022 e invirtió sus recursos. “Anualmente invertimos en el fútbol base medio millón de dólares, tras la construcción de una moderna infraestructura en Santa Cruz. Ello fue posible con el aporte de todos mis empresas, hoy puedo decir que en los dos últimos años ya esto es autosostenible y esperamos que pronto sea rentable”.
El proyecto 2022 tiene unos 1.100 jugadores, unos 150 entrenadores, de los cuales 42 en Santa Cruz. “Buscamos con todos hallar el ADN de la entidad y eso lleva por lo menos un año y sueño y deseo tener a unos 6 a 8 jugadores en la selección del próximo mundial”.
Complejo
El moderno complejo de Santa Cruz, dispone de 2 canchas con césped natural, 3 canchas con pasto sintético, dispone de un hotel para 48 personas, un centro médico, gimnasio, piscina, cancha de arena y una cámara de hielo. “Toda la infraestructura está sobre 35 mil metros cuadrados, además disponemos de sala de reuniones y de TV con cámaras en todas las canchas, 2 TV digitales. También hemos adquirido en Israel, una cámara que sigue a los jugadores desde los seis años”.
Jordi Chaparro, hoy un amante del fútbol e hincha de la selección nacional no duda en apostar mucho más por la Verde.