Repechaje en México: Rumbo a lo desconocido
Bolivia se prepara para un desafío histórico: el repechaje mundialista en México. La Verde tendrá que medirse contra selecciones poco conocidas en su historial, como Surinam e Irak, en partidos que definirán si el país regresa a una Copa del Mundo después de más de tres décadas.
Los rivales en el repechaje
El primer partido será el 26 de marzo contra Surinam. Este país caribeño nunca ha clasificado a un Mundial, pero cuenta con jugadores que militan en ligas europeas, especialmente en Países Bajos. De ganar, Bolivia enfrentará el 31 de marzo a Irak, conocido como los “Leones de la Mesopotamia”, que participaron en el Mundial de 1986 y hoy tienen futbolistas en clubes de Oriente Medio.
Preparación y dudas internas
El verdadero reto no está solo en los rivales, sino en la preparación interna. La falta de un calendario definido para el torneo local 2026 genera incertidumbre sobre si habrá espacio para entrenamientos y partidos de fogueo. Algunos clubes nacionales aún retacean la cesión de jugadores, priorizando sus propios intereses económicos.
Juventud y renovación
El equipo dirigido por Óscar Villegas apuesta por la juventud. Varios jugadores tienen entre 20 y 23 años, lo que representa ilusión pero también inexperiencia. La gira por Asia permitió enfrentar a selecciones exigentes como Japón y Corea del Sur, pero se necesita continuidad para que los jóvenes lleguen con rodaje internacional.
El nuevo formato de clasificación
La FIFA modificó el sistema de clasificación en Sudamérica, permitiendo que hasta el séptimo lugar tenga opciones de llegar al Mundial. Bolivia aprovechó esta oportunidad y ahora depende del repechaje. Es una ocasión única que podría cambiar la historia del fútbol nacional.
Impacto de una posible clasificación
Clasificar al Mundial 2026 significaría un renacer para el fútbol boliviano: mayor visibilidad internacional, ingresos económicos por derechos televisivos y patrocinadores, y sobre todo la ilusión de millones de hinchas. No lograrlo, en cambio, sería un golpe duro que podría profundizar la crisis de credibilidad en dirigentes y clubes.
Conclusión
El repechaje en México es un viaje hacia lo desconocido. Surinam e Irak son rivales accesibles en el papel, pero la verdadera incógnita está en la preparación interna. Si clubes y dirigentes apoyan, Bolivia puede soñar con volver a un Mundial. Si no, el riesgo de repetir viejos fracasos es real. La Verde tiene juventud, ilusión y un técnico que apuesta por la renovación. Ahora falta que todo el país se alinee detrás de ese objetivo.
Por Roberto Aguirre Durán







