Por Freddy Téllez Claros
El año 2019 en el Congreso de la Federación Bo-liviana de Fútbol (FBF) realizado en la ciudad de Tarija, hubo una modificación al Reglamento del Estatuto sobre este particular. Cuatro años des-pués merece una consideración.
El Artículo 125 decía:
Número mínimo de jugadores de ori-gen: “En un partido de fútbol Profe-sional o aficionado deberán actuar ne-cesariamente como mínimo siete (07) jugadores bolivianos de origen. En to-do caso en el terreno de juego no po-drán actuar más de cuatro (4) extran-jeros o naturalizados al mismo tiem-po”.
Ahora, este mismo artículo describe:
“En un partido de fútbol profesional o aficionado deberán actuar necesaria-mente (7) jugadores de origen o natura-lizados en conformidad a la normativa nacional. En todo caso en el terreno de juego no podrán actuar más de (4) ex-tranjeros”.
Antes de entrar en detalle, en este mundo cada día más globalizado, veo necesario brindar algunos antecedentes para una me-jor apreciación del tema:
Los futbolistas se naturalizan en cada país, de acuerdo a sus leyes, las políticas de ciu-dadanía, las reglas de elegibilidad de la FIFA y las necesidades de los equipos nacionales. Algunos países han tenido una presencia significativa de futbolistas naturalizados en sus selecciones en diferentes momentos. Al-gunos ejemplos históricos incluyen:
QATAR: es conocido por naturalizar a varios futbolistas extranjeros para fortalecer su combinado nacional de fútbol. Esto llevó a la controversia en cuanto a la inclusión de varios jugadores que no tienen ascendencia qatarí. Lo hicieron en su preparación para la Copa del Mundo 2022, que se celebró en ese país.
FRANCIA: Tiene una tradición de naturalizar futbolistas de ascendencia extranjera en su equipo nacional. Jugadores como Zinedine Zidane y Patrick Vieira, son ejemplos de fut-bolistas nacidos en otros países que obtuvie-ron la nacionalidad francesa. Jugaron para “Les Bleus” e inclusive salieron campeones del mundo con su selección.
ESPAÑA: Registra casos de jugadores natura-lizados que contribuyeron al éxito del equi-po. Uno de los ejemplos más notables es Marcos Senna, un brasileño naturalizado español.
BOLIVIA: Todos recordamos a Eligio Martí-nez, Ricardo Fontana, Luis Esteban Galarza, Carlos Trucco, Fernando Ochoaizpur, Luis Héctor Cristaldo, Gustavo Quinteros, Alex da Rosa, Leonardo Fernández y Pablo Escobar, entre los naturalizados más destacados.
En realidad, el planeta está lleno de jugado-res de origen brasilero y argentino que re-saltan entre millones de habitantes, en ese sentido; sus gobiernos, sus federaciones de fútbol y sus políticas incentivan y potencian a su balompié. Este hecho genera que di-chos países exporten jugadores de todas las edades, precios y características por doquier, haciendo del mundo entero su mayor mer-cado de exportación.
Ahora, ¿qué paso en nuestro país?
Los criterios que fundamentaron la modifi-cación del Artículo 125, del Reglamento del Estatuto de la FBF, descrito al inició de esta columna, se basaron en el sentido de que: ¿cómo era posible que los futbolistas natu-ralizados puedan jugar para la Selección Bli-viana y se les negaba jugar como bolivianos en la División Profesional? Además, al ser bolivianos de origen, en un universo tan pe-queño de jugadores en Bolivia, las preten-siones salariales de los mismos estaban in-crementando de manera exponencial.
Cabe aclarar que para la FIFA, mínimamente, se debe vivir cinco años en el país donde se desempeña la profesión para poder jugar en la selección nacional. En Bolivia, de acuerdo a la Constitución Política del Estado: Para ser naturalizados, la persona debe vivir al me-nos tres años en el país y si fueran convoca-dos a la Selección, tendría que esperar hasta cumplir los cinco años por norma de FIFA.
¿En que nos afectó esta decisión?
El espíritu de premiar a los naturalizados que jugaban en la selección boliviana, para que puedan ser tomados en cuenta como bolivianos en la División Profesional, paso a segundo plano. Bajar sus pretensiones sala-riales no tuvo ningún efecto y se priorizó na-turalizar jugadores extranjeros para traer más extranjeros, en desmedro de los futbo-listas bolivianos de origen.
Esta tendencia se debió a que, lastimosa-mente, la generación de nuevos valores fut-bolísticos no está dando frutos y la dirigen-cia opta por lo más fácil, contratar jugadores formados en otros países que están en la parte final de sus carreras deportivas y son más económicos.
La norma parece ser que no dio el resultado esperado, habrá que analizar nuevos cam-bios en la misma, sin ir en contra de la ten-dencia, pero enfocada en nuestra actual realidad.