Varios clubes profesionales se asfixian porque sus pagos de derechos de televisión
fueron embargados a terceros, a Futbolistas Agremiados (Fabol) y en muchos casos son cobrados
por el presidente que busca recuperar lo invertido en su club.
La pandemia asestó un duro golpe a todo el mundo. Muchos de esos golpes mortales se llevaron a ser queridos, gente conocida y sobre todo del fútbol. Eso pasó en el país, pero asestó un fuerte cachetazo a la economía de los clubes bolivianos desnudándolos y mostrando su real manejo interno que hoy lo puso al borde de una crisis institucional e incluso en el umbral de la muerte.
Desde hace años se escucha la intención de aplicar un Fair Play Financiero en el fútbol profesional boliviano, pero todo queda en eso.
Los manejos en libertad, sin fiscalización ni explicación a sus socios o hinchada dejaron, por ejemplo, a San José a punto de desapare-cer y ya condenado al descenso.
DURO GOLPE
El más duro golpe lo recibió San José, que por descontrolado manejo económico se vio impedido de contratar jugadores, apeló a jóvenes y fue conminado a pagar millonarios sueldos adeudados. Cada incumplimiento le significo la pérdida de puntos que lo sumió en el fondo de la tabla.
Con su ex presidente Wilson Martínez en la cárcel por otros motivos, el panorama se volvió más sombrío. Y a ello se sumaron las pignora-ciones, es decir, pagos a terceros que prestaron dinero a nombre del club.
OTROS CLUBES
Wilstermann, Real Potosí y Blooming son otros clubes que pasan por difíciles momentos económicos.
El cuadro aviador, participe en copas internacionales en el último quinquenio, tuvo al frente a sus futbolistas que reclamaban el pago de 5 meses de sueldos con una deuda global estimada en 1,4 millones de dólares.
Con una planilla de aproximadamente 250 mil dólares mensuales, las obligaciones económicas crecieron. Algunas se pagaron entre-gando vehículos que Imcruz dio a la entidad «aviadora».
Muchos de los dirigentes que abandonaron al presidente Grover Vargas, sostuvieron que el manejo centralizado y reducido a unos cuántos, debilitó al unido y fuerte grupo que lo acompañó en su ascenso. Son partidarios de que una auditoría ponga en orden la casa y establecer las deudas reales que tiene la entidad.
BLOOMING
Está a punto de estallar una bomba, debido a que el club debe más de lo que anunció. Ovidio Vaca Diez, reclama el pago de dineros que prestó al club sin ningún interés. Desde hace siete años reclama le devuelvan su capital.
Pignoró para con él recaudaciones de 4 clásicos y pagos de derechos de TV, pero algunos de los contratos firmaron con la entidad celeste, no están en los documentos de la institución y Vaca Diez presentó los originales al actual presidente Sebastián Peña.
Entre los varios contratos figuras entre 350 y 500 dólares.
EN EUROPA
En los últimos años, los grandes clubes europeos se han visto obligados a cambiar su planificación deportiva por motivos económicos y ya no es posible fichar jugadores sin importar el coste, lo que en más de un caso puso en peligro la continuidad de importantes equipos del continente. Como respuesta a la enorme deuda que acumulaban entidades que no reparaban a la hora de comprar futbolistas que estaban totalmente fuera de su esfera económica, la UEFA puso en marcha desde 2011 un Fair Play Financiero.
El mismo consiste, en no gastar más de lo que ingresa para limitar y tener controladas las pérdidas económicas de los diferentes equi-pos. También es una política que ayuda a evitar que los clubes puedan comprometer su futuro con despilfarros en el mercado de ficha-jes.