JULIO CÉSAR BALDIVIESO ESTÁ EN CUARENTENA. ES FIEL VIGILANTE DE SU FAMILIA. LE TEME A LA ASESINA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS-19 Y PRONOSTICA QUE EL FÚTBOL NO VOLVERÁ PRONTO YA QUE ESTÁ PRIMERO LA VIDA, Y QUE SIN VIDA NO HABRÁ FÚTBOL.
TEXTO EDGAR TEJERINA | FOTOS DIEGO CARTAGENA PEREDO
EN LA VIDA SIEMPRE HAY PUNTOS DE INFLEXIÓN, momentos que marcan un cambio trascendental, tanto para bien o para mal. Suelen ser decisiones o personas que, de forma planificada o inesperada, impulsan a ese viraje. ¿Qué decir cuando ese cambio se da por una fuerza externa como la de hoy?: La pandemia del Coronavirus-19.
Julio César Baldivieso apodado El Emperador, siente temor por este silencioso e invisible enemigo. “Tengo una familia a la que amo, y no podemos correr riesgo alguno”, dice al recibirnos amablemente en su departamento en su natal Cochabamba. Dejamos los calzados en la puerta, nos proporcionó alcohol en gel, nos “baño” para desinfectarnos y con barbijos en el rostro visitamos su hogar.
Hablamos de la cuarentena, de la familia, del futuro, de los hijos y naturalmente de fútbol, mientras él se disponía a preparar un rico postre para el almuerzo dominical, algo en el que ahora se especializó él.
DE EMPERADOR A GLADIADOR
Dirigir un equipo de fútbol implica más que entrenarlos a la semana. Significa también mantener buenas relaciones, tanto con la directiva, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición. Baldivieso es el eje central de Aurora desde su retorno, no hay una arista que esté inconforme con él, aunque los resultados de hoy no son buenos, lo que alcanza su respeto es el liderazgo que tiene y lo demuestra en cada equipo que jugó y dirigió.
El Emperador, aquel que brilló con luz propia en Bolívar y las selecciones nacionales, hoy convertido en un gladiador, lucha contra esta pandemia y cuida muy de cerca a su familia.
Julio César convoca a todos a cuidarse, sobre todo a las personas de la tercera edad. “Lo primero es la vida y la familia. No entiendo como mucha gente no comprende y sale a la calle, es más sin medidas de protección”.
Es duro crítico de alguna gente que en el mismo fútbol pide jugar ya, sin comprender el riesgo que se corre. “Hay que tener familia y amarla, para comprender lo que significa esta pandemia”. Es partidario de esperar un poco más y asegura que el fútbol volvería entre septiembre u octubre.
BALDIVIESO Y EL FÚTBOL
La decisión de escoger a Baldivieso para esta visita familiar no fue tan complicada, fue uno de los máximos ídolos de la selección, fue embajador en el fútbol japonés, brilló en Bolívar y también The Strongest, además condujo al seleccionado nacional en una Copa América con muy poco tiempo de preparación.
Es orgulloso de lo que hizo. “Creo que cumplí todos mis sueños y metas. Juegue en grandes equipos, recorrí el mundo, dirigí a la selección”. Y rápidamente recuerda que hay una asignatura pendiente.
Por su elevada estatura y facciones faciales, así como el gran cariño que cultivó con la hinchada en La Paz, se ganó el apodo de “El Emperador”. Formó parte del plantel de la época inolvidable de la verde que de la mano del vasco Xabier Azkargorta fuimos al Mundial de Estados Unidos.
Además, por la valentía con la que peleaba las pelotas, los pases que entregaba a sus compañeros, el dribleo a los rivales y la colocación de la pelota, el número 10 en su espalda se cargaba por sí solo.
Jugó en otros equipos extranjeros como Yokohama Marinos de Japón, el Newlls Old Boys de Argentina, Barcelona de Ecuador, Cobreloa de Chile, Al-Nasr de Arabia Saudita, Al-Wakra de Catar, Caracas de Venezuela y el Deportivo Quevedo de Ecuador.
Sin embargo, el lazo afectivo con el fútbol boliviano nunca se quebró. Al contrario, iba creciendo en cada retorno porque parecía que nunca se había ido. Es uno de los pocos 10 que marcaron una época y quedó en el recuerdo del hincha la clase de jugador que tuvo y que vistió las camisetas de Wilstermann, Bolívar, Aurora y The Strongest.
¿Y la asignatura pendiente?
Julio César no se despidió del fútbol y considera que es una asignatura pendiente. “Habemos muchos de mi época que dejamos el fútbol en silencio, y creo que merecíamos una despedida”. Admite que esta tanda de jugadores tenía otras prioridades, pero también señala que ningún dirigente había propuesto esa despedida. “A esta altura… que ya podemos hacer”, sonríe mientras bate la leche y el limón procesando su postre dominical para la familia.
En esta cuarentena disfruta de su familia, que es lo que más valora. “Siempre estamos juntos, pero hoy más que nunca”.
El Emperador también aprendió a cocinar y a preparar ricos postres, especialmente para sus hijos. Mauricio, que se dedicó a manejar una empresa familiar en Santa Cruz, voló a Cochabamba para juntarse con sus hermanos Valeria Fernanda y Sebastián Nasser. “Mauri dejó temporalmente el fútbol, había un poco de persecución, y así que preferí cambiarlo de ambiente”.
Prepara ricos platillos con mariscos. “Je je je… aprendí, a un comienzo con tropezones, pero hoy disfrutan en casa y pregunta a mis hijos si les gusta o no”.
SELECCIÓN
Al proponerle hablar de la verde, se apresura y lanza una frase. “Apoyo a la selección y lo apoyo a (César) Farías, ya que es nuestra selección. Dejo a un lado lo que haya pasado, pues todos debemos empujar este coche si queremos llegar lejos, aunque yo no tuve el apoyo dirigencial que él tiene cuando dirigí a la selección”.
“Baldi” en su departamento, en el piso 4, instaló su escritorio donde están sus trofeos, un gigante poster de gladiador y muchas poleras, libros y revistas. “Aquí está mi historia, tengo publicaciones de todo el mundo que se refieren a mi paso por el fútbol”.
Julio César es partidario de apoyar a la selección Sub 23. “Tiene potencia y se debe aprovechar ello. Hay que hacer una buena base de cara al futuro, amalgamar este equipo con algo de experiencia y se puede encarar así la eliminatoria”.
Es otro Baldivieso, más positivo. Destaca a jugadores como Fernando Saucedo, Rodrigo Ramallo, Jaime Arrascaita, Raúl Castro y otros para el nuevo proceso de la eliminatoria. “Tienen condiciones y amor a la verde”.
Destaca que debe haber mucho amor a la camiseta en este tiempo que se metalizó mucho el fútbol. “Yo me alegro que ganen, que ganen lo que se merecen en sus clubes, pero en la selección tiene que ser una entrega con amor a esa camiseta, que yo la lucí siempre con orgullo”.
Confiesa que le habría gustado nacer en este tiempo, volver a ser jugador, por que sangre futbolera corre por sus venas, aquella que le dejó su inolvidable tío Pablo Baldivieso, y llegar a jugar una Copa del Mundo.
Junto a su esposa Deborah sembró amor y unidad familiar, y ven en sus hijos cumplir sus sueños. Valeria Fernanda este año se gradúa en comunicación social, y el menor, Sebastián Nasser quiere ser piloto. “Es su sueño, y lo apoyaremos porque eso sea realidad”.
El técnico nacional aseguró que habló hace mucho tiempo con Farías, en el Morumbí en Brasil en la pasada Copa América, y pese a tener algunas discrepancias, le manifiesta que lo apoyará. “Tiene buen grupo humano, tiene apoyo dirigencial y le dan todas las condiciones para trabajar, entonces él debe responder a esa confianza llegando lejos”.
AURORA
El técnico cochabambino asegura que esta al frente de Aurora por cariño, y porque con ese equipo logró un título nacional, “pero hoy no estoy casado”. No tiene contrato firmado y confía en la palabra de su presidente para seguir al frente.
Baldivieso fue el primero en manifestar públicamente su acuerdo por el diálogo para solucionar el problema económico afectado por esta pandemia. “Me mandó un plan de pagos, pues no estoy de acuerdo con eso. La Fifa sugirió dialogar y no imponer. No soy metalizado y lo saben bien, así que espero que hablen conmigo”. No descarta dar un paso al costado por esta pandemia, ya que quiere cuidar su salud, su vida y la de toda su familia.
“Lo primero es la vida, ya que fútbol sin vida… no habrá”, sentencia nuevamente.
Su fortaleza y determinación va más allá de un torneo, lo admirable es la forma de conducir a un equipo que se mueve con muchas limitaciones, sobre todo en el orden económico.
Aurora, con él se recuperó del momento más duro de su historia. Debutando como técnico logró el campeonato de 2008, algo que le costaba al equipo del pueblo para estar en lo alto.
José Luis Montaño (su tío) le dio la oportunidad para ese entonces, Baldivieso era un novel entrenador cuya única experiencia fue en el club de su padre, Estudiantes, que jugaba en la asociación valluna.
Se había ganado el cariño de la afición celeste porque, apenas se retiró del fútbol, asumió la dirección técnica del equipo del pueblo.
RETORNO
Julio César Baldivieso no está de acuerdo con el pronto retorno a las canchas mientras en el país y el mundo no bajen las cifras de contagiados y muertos. “La vida es prioridad, aún hay muchos contagios”.
Tampoco es partidario de jugar sin público. “Es quitarle emoción, picardía, pues es bello jugar con público, mejor si es con 20 mil o más espectadores. Sin público es triste, sería como bailar sin música”.
El ex seleccionado nacional recuerda sus buenos momentos con la verde, con muchos equipos profesionales en el país y el mundo, pero este año quedará grabado en su mente por este impacto que causó el Covid-19. “A mis 48 me siento bien, tengo defensas, pero nada te hace inmune”.
Julio César, de jugador y técnico, tiene muchos amigos con los que siempre dialoga, pero gratamente recuerda al paraguayo Aquilino Villalba. “Como olvidarse de él, ya que siempre llama y hablamos. Es un buen tipo, gracias a su penal bien ejecutado disfrutamos con Aurora de un título nacional logrado en Sucre”.
Destaca que el delantero extranjero es noble, agradecido y por el que siente un cariño grande.Julio César instaló un gimnasio portátil en su departamento, cumple otros ejercicios en el garaje del edificio junto a sus hijos y esposa que lo siguen. “He bajado algunos kilos, y me mantengo bien”.