Agredida, discriminada y no oída, la árbitro Iris del Rosario Uriona dejó su insignia FIFA y hoy trabaja con niños con capacidades diferentes.
Por PAOLA CHOQUE
Se destacó como árbitra en el país y en el exterior. Su vida profesional estuvo marcada por éxitos y buenos recuerdos. Sigue pitando en localidades rurales por invitaciones que aún le llegan, pero dedica su tiempo a ser maestra de niños discapacitados, otra de sus pasiones que distingue su lado humano. Tuvo duros golpes en la vida como el haber crecido huérfana y víctima del machismo.
Hoy dirige partidos de fútbol de salón y es profesora del Centro de Educación Especial Bartolina Sisa, donde trabaja con niños especiales. Iris del Rosario Uriona cuenta algo de su vida.
—¿Quién es Iris Uriona?
—Fui árbitro profesional FIFA, participé cuando don Alfonso Seligman estaba en el Comité Superior de Árbitros y nos daba mucho apoyo a las mujeres en la liga profesional, ahora ya no se ve ese apoyo (recuerda con nostalgia).
—¿Cuál fue su mejor experiencia?
—Todas, porque cada partido es muy diferente, es una pasión para mí. Hoy no puedo dejar; el arbitraje es mi vida.
—¿Qué partido marcó su vida profesional?
—Bolívar versus TheStrongest, los clásicos paceños son los que me gustaban arbitrar.
—¿Qué sentimiento tiene hacia estos partidos?
—Muy agradecida con Dios por el carácter que me da y los valores. Soy huérfana desde niña y eso me hizo madurar.
—¿En qué institución se formó como árbitra?
—En el Colegio de Árbitros de La Paz.
—¿Sintió que en algún momento le truncaron su carrera por mujer?
—Siempre, hasta ahora. Los varones son machistas, tus colegas, los dirigentes, jugadores, todo el entorno de la sociedad, hasta las mismas mujeres. Cuando voy a arbitrar alguna final de futsal, de igual manera te gritan de todo y no quieren que una mujer sobresalga.
—¿Hasta dónde llegó en el arbitraje?
—A varios países, recuerdos que nadie me quita. Fui a Alemania, era una invitación y participé de algunos arbitrajes.
—¿Por qué salió del fútbol profesional?
—Por problemas personales, me agredió en la calle el árbitro Miguel Ángel V. en distintas ocasiones, presenté denuncias y certificados médicos y hasta hoy no se hace nada.
—¿Qué tipo de agresión?
—Física, verbal y económica. Me querellé y hasta hoy todos lo apoyan en el Comité de Árbitros. Me trataba de todo, yo me retiré por esa situación. Desde hace tres años continúan las amenazas, a veces uno se enferma, lo discriminan y por todo eso yo caí, pero me levanté.
—¿ Qué planes tiene para este año 2020?
—Me preparo, estoy realizando entrenamiento ‘a full’ para dar las pruebas físicas a fin de mes en la Asociación de Fútbol de La Paz, ahora estoy también en la Asociación de Futsal; luego comenzamos a dirigir los campeonatos arbitrando, haciendo siempre todo con esa pasión que le tengo al arbitraje. Espero ser nominada a nivel departamental. En marzo o junio viajo a Chile, me invitaron para ir a arbitrar a los campeonatos de allá, entonces tal vez me vaya a trabajar, pero eso veremos y Dios mediante, espero que solo todo salga bien.
—Iris también es educadora, ¿en qué?
—Soy licenciada en Educación Especial para Personas con Diferentes Discapacidades, soy entrenadora del Olympic Special, lo hago ad honorem con atletas con diferentes discapacidades; soy maestra en educación física, deportes y recreación. Ya legalice mis documentos como maestra, y en Chile nos reconocen para trabajar igual que acá, con educación especial.
—¿Qué mensaje deja todo esto?—El fútbol es bello, como árbitros tenemos que seguir haciendo actividad física, todos tienen que vivirlo y dedicarse al deporte, porque es lo único que nos da vida, y mucha salud.