El fútbol mundial vuelve a la normalidad poco a poco, ya que abre hoy ligeramente la puerta al regreso del público con medidas preventivas que la evolución sanitaria así lo permita.
En nuestro país el pasado 13 de marzo del 2020 se determinó jugar con graderías vacías, hoy estamos volviendo poco a poco a los estadios, pero todos o casi todos los clubes heridos en su economía. Unos más que otros, unos con complicado panorama, otros con «déficit manejable».
San José ya descendido de la división profesional, es la muestra del mal manejo y de la conducción discrecional que se da en varios clubes de nuestro país ante una mirada pasiva de nuestras autoridades, en general. La llegada de la pandemia con el covid-19, se sumó a esa crisis y que hirió (de muerte) a muchas instituciones.
En el escenario pandémico actual, las pérdidas económicas de los clubes de fútbol se han disparado, y competiciones como la nuestra ya pusieron números a su sangría particular. Los clubes Wilstermann, Blooming y Oriente sufrieron el impacto de la pandemia en su cuenta de ingresos. Los egresos los pusieron en la cornisa.
Para compensar este importante retroceso en la facturación, durante estos últimos meses los clubes deberían proceder a un recorte en sus planillas, pues pese al hermetismo existente se conoce de la existencia de millonarios sueldos que van desde los 70 mil a los 5 mil dólares, pocos, muy pocos son los futbolistas que ganan entre mil y quinientos dólares.
Los clubes principalmente damnificados por la covid-19 han sido aquellos con los bajwwos ingresos y elevadas cuentas por sueldos y primas, si… hay primas que pasan los 100 mil dólares anuales.
Extrapolando el agujero contable a la esfera mundial, la FIFA, también ha difundido sus cálculos acerca de la debacle, que redondea en 12.000 millones de euros de pérdida de ingresos.
Olli Rehn, presidente de la comisión de la FIFA encargada del programa Plan de Apoyo covid-19 para ayudar a las federaciones que componen este organismo —dotado con 1.260 millones para subvenciones y préstamos—, asegura que “los clubes y asociaciones miembros de Europa fueron los más afectados en términos absolutos”, pero que “relativamente han sufrido más fuera de Europa, especialmente en Sudamérica”.
La industria del fútbol en el mundo antes de la pandemia movía entre 40.000 y 45.000 millones de dólares al año solo en las competiciones de clubes.
La irrupción de la pandemia ha supuesto la congelación de un negocio al alza durante los últimos años, pero lo que
que se ha producido es un impacto económico que ha repercutido en los jugadores, que por otro lado son la cuenta de gastos más elevada que hay en cualquier club del mundo.
Los expertos calculan que en dos temporadas podrían recuperarse ya las cifras que se manejaban antes de la pandemia.
En nuestro país, los protagonistas (los jugadores) deberían cooperar en esta reactivación sino quieren instituciones al borde de la quiebra o privados de fortificarse.