Por Antonio Farías | Fotos: Javier Mamani, Daniel Miranda – APG, Luiz Erbes – AGIF-APG y Ricardo Duarte-CAI
Bolívar vivió una verdadera fiesta y una gran decepción la jornada del 22 de agosto en el estadio Hernando Siles de La Paz. La derrota ante los brasileños fue el primer paso hacia la eliminación, pero también las puertas abiertas a la esperanza -lejana- de clasificación a la ronda siguiente de la Copa Libertadores.
Bolívar fue la pasión de su hinchada, el apoyo masivo que se hizo sentir en las tribunas del Hernando Siles, el contagio a sus futbolistas para poner todo en la cancha pero fue insuficiente. Bolívar perdió y la derrota significó una gran frustración para el hincha académico.
LAS RAZONES DE LA DERROTA
- ERRORES DEFENSIVOS
Ferreira no pudo en el mano a mano con el ecuatoriano Enner Valencia, quien dominó el esférico, encaró hacia el arco y definió con jerarquía.
En esa jugada se percibió claramente los defectos del sistema defensivo, sobre todo el apostar al uno contra uno, muy peligroso ante la jerarquía de sus ocasionales rivales.
El error más grave fue precisamente en la jugada del gol Colorado, que fue finalmente el de la derrota para Bolívar. - UN MEDIO CAMPO SIN CREACION
Estuvieron Justiniano, solitario y desconectado de sus compañeros, llevando juego hacia adelante para no encontrar nada ni a nadie, compañeros cubiertos, rodeados y sin espacios.
Estuvo Villamil y su despliegue generoso pero improductivo. Su ida y vuelta constante terminó cansándolo, hacía adelante para probar dos veces en sendos remates, uno de ellos que obligó a una magistral intervención del portero Rochet. Y hacia abajo para sumarse a la contención, gastando energías en vano salvo cuando hubo que detener al habilidoso Alan Patrick.
Y estuvo también Bruno Savio, mimado por la hinchada, pero estéril en su labor creativa, aislado, sumido en la impotencia, ahogado por la marca escalonada, chocando una y otra vez contra el muro brasileño, sin crear ni resolver. - DELANTEROS SIN AIRE
Pero no por la altitud sino por la vigilancia agobiante y ordenada de los defensores de la visita.
Xico Da Costa reventó una pelota por encima del travesaño sólo ante el portero, y luego sucumbió ante la disciplina de la retaguardia brasileña.
Ronnie Fernández tuvo una sola opción clara de gol, la pelota se estrelló en el palo luego del cabezazo del chileno y ahí murieron las esperanzas locales para igualar el marcador. - FALTA DE IMAGINACIÓN
Que en el fútbol es imprescindible porque es sinónimo de creatividad. El rival tejió una red enmarañada para neutralizar el juego de los celestes, y en esa red cayó Bolívar casi ingenuamente. Sin encontrar los resquicios, los centímetros de espacio para armar jugadas, casi todo terminó en centros al área, generosos regalos para los centrales que despejaban todo por arriba.
No aparecieron los desequilibrantes, el Pato Rodríguez pudo sacar una sola jugada por la banda que culminó en la acción más clara en ataque. Uzeda saco de la galera un desborde excepcional por izquierda que por milagro no fue gol. Después poco y nada, más allá de las ganas por cambiar la historia del partido. - FALTO SUERTE
En la jugada que termina con el balón rebotando en el palo luego de ser impulsado por la cabeza de Fernández. También en una entrada de Ferreira que desvía un balón solo frente al arquero , o un remate de Xico que Rochet araña desviando el esférico hacia el córner. Con mayor suerte esos balones entraban. - SIN RECAMBIO
El banco de suplentes de la Academia no contaba con jugadores desequilibrantes, que con recursos técnicos y personalidad transformaran en triunfo una inminente derrota.
Beñat puso toda la carne en el asador con la alineación titular, si con todo lo mejor en la cancha el funcionamiento no fue el esperado, poco se podía esperar desde el banco. - NO SUPO APROVECHAR SU MOMENTO
Bolívar fue un aluvión sobre la valla brasileña durante la segunda etapa, pero no pudo ni supo aprovecharlo. Como pasa un ciclón con fuerza, velocidad y presencia para luego diluirse irremediablemente, Bolívar no sacó ventaja de sus mejores momentos, luego ya fue tarde. - EL OFICIO DEL INTERNACIONAL.
Con mundialistas en sus filas como el arquero uruguayo Rochet, el argentino Mercado, el chileno Aranguiz y el ecuatoriano Valencia. La experiencia internacional de primer nivel pesó a favor de los visitantes.
El equipo de Coudet capeó el temporal, mantuvo la serenidad, le quitó ritmo al partido, impidió la regularidad en el dominio bolivarista, y con orden y disciplina se llevó un triunfo de La Paz con sus temidos 3.600 metros a cuestas.