EL PREPARADOR Y FORMADOR DE ARQUEROS, NERY QUINTANA, ASEGURA QUE HAY UNA BUENA CAMADA DE GOLEROS BOLIVIANOS A LOS QUE HAY CUIDAR, TRABAJAR Y DARLE TITULARIDAD.
POR REY CASAGRANDE
El peor defecto de los arqueros bolivianos es no saber salir a cortar pelotas aéreas por duda y miedo, aseguró el experimentado exarquero Nery Quintana Martínez (53 años), quien se dedica a formar goleros en la Escuela de Arqueros con sede en Santa Cruz y su-cursales en Cochabamba y La Paz.
—¿Cómo analiza el momento de los arqueros bolivianos?
—Estamos atravesando un momento de recambio. Hay un buen cimiento porque han apa-recido arqueros de buena estatura, buen desempeño, es el caso de Rubén Cordano, Gui-llermo Viscarra, Javier Rojas, Jimmy Roca, Braulio Uraezaña, por mencionarte a algunos, sin olvidarnos de jóvenes como Bruno Poveda, Carlos Sandy, Lucas Galarza, entre otros, que son parte de un proceso y fruto de un plan de trabajo que se ha implementado a cor-to, mediano y largo plazo.
No puedo olvidarme de Saidt Mustafá, Álex Arancibia, Gustavo Salvatierra, ‘Pulpo’ Cárde-nas, que también tienen condiciones y están trabajando para mejorar su nivel. Todos han comenzado de abajo y han ido creciendo a medida que se les ha dado la oportunidad, unos respondieron bien al primer reto y otros tuvieron que esperar otra oportunidad.
—¿Cómo está el nivel?
—No se puede decir que es muy bueno, porque los preparadores de arqueros siempre buscamos la excelencia, pero estamos en buen camino, todos trabajamos para alcanzar el máximo nivel.
Los arqueros de la actualidad son jóvenes y ya han ganado minutos de juego no solamen-te en el fútbol local, sino también internacional con la participación de sus equipos en Copa Libertadores y Sudamericana.
No todos los goleros de hoy tienen el mismo nivel, hay unos que están mejor que otros.
Algo que podemos destacar es la juventud de los guardametas, la mayoría no pasa de los 25 años y eso da para pensar que vamos a tener por un buen tiempo arqueros para cubrir el arco de los equipos y la Selección. Tengo fe que a mediano plazo vamos a tener mu-chos goleros nacionales que estarán en la mira de clubes del exterior, por su calidad y sus condiciones.
Hay que ser sinceros, el puesto de arquero es muy ingrato, porque en un partido puede ser héroe y en otro villano, por- que siempre está en la mira de todos. El delantero falla un gol y le silban y pasa, pero si un arquero comete un error lo criti- can incluso hasta después de una semana.
Va a mejorar y con trabajo.
—¿Están lejos el nivel que mostraron Conrado Jiménez, Luis Galarza y Leonel Trucco, en su momento?
—Hay una evolución constante, pero estamos acercándonos a los buenos tiempos de esos grandes arqueros que han dejado huella. Son íconos que, en sus tiempos, fueron figu- ras, como lo son los goleros de hoy en sus equipos.
—¿Tenemos arqueros para exportar?
—Carlos Lampe desde mucho antes ya era un arquero de exportación; hoy con sus buenas actuaciones en Atlético Tucumán está certificando todo. No en vano fue contratado por Boca Juniors, aunque no haya jugado, al igual que en Vélez, delante de él no se lesionaron y cumplieron, y cuando eso ocurre es difícil sacarlos.
Hoy tenemos para exportar a Cordano y Viscarra, que por juven- tud y recorrido ya tienen esa calidad.
—¿Qué se puede rescatar de los experimentados como Arnaldo Jiménez, Wilson Quiño-nez o Daniel Vaca?
—¿Su experiencia y sus cualidades para cubrir el arco, con diferentes estilos. ‘Pipo’ Gimé-nez, Emanuel Franco han mostrado capacidad y los chicos que están creciendo le están copiando y sacando todo lo bueno y mejor.
—¿La selección no sufirá de arqueros?
—Tenemos una buena camada que está para cubrir el arco de la Selección. Viscarra, Cor-dano, Rojas y Uraeñaza están pasando por un buen momento y así lo han demostrado en los partidos del torneo Apertura. Además atajan en equipos que siempre buscan la clasifi-cación a torneos internacionales.
Un hecho para destacar es que una mayoría de los clubes tienen arqueros nacionales que están en competencia, ganando minutos y roce, que es importante para el crecimiento de un jugador.
—¿Hay base para el futuro?
—Si, hay una buena semilla que hay que cuidar, proteger y alimentar para a mediano pla-zo, cosechar los frutos. Hay escuelas de arqueros donde se forman con profesionalidad y experiencia.
—¿Condiciones de un buen arquero?
—Para ser un buen arquero, actitud y un carácter fuerte, al margen de un buen estado físico y mental. A mi se me quedó Luis Galarza, quien tenía un temperamento fuerte y por eso triunfó. No sirve un arquero volador, de juego aéreo espectacular y con una poten-cia… si es callado.
—¿En la actualidad el arquero no solo se dedica a atajar, sino debe salir jugando?
—Es parte de la evolución del fútbol. En la mayoría de los casos ya se trabajó en ese as-pecto. Hoy no solamente está para atajar y sacar, sino tiene que jugar y hacer un pase de contragolpe. La tecnología te da herramientas para trabajar y formar un arquero-jugador.
—¿A qué riesgos de exponen?
—A muchos. Recuerdo que en un partido Bolívar con Wilstermann, vino una pelota entre-cruzada, Rómel Quiñónez salió a cortar e ingre- saron Nelson Cabrera y Augusto Andave-ris, por mala suerte chocó con la rodilla de Cabrera y quedó inconsciente por un minuto, gracias a Dios se repuso.
Le aconsejé a Quiñónez que haga las entradas con un gesto en dia- gonal no de frente, lastimosamente no estaba concentrado ese día y sufrió el accidente. Después hay otros que se chocaron con los palos y terminaron lesionados. Uno puede salir de forma legítima y limpia, pero hay jugadores que van con mala intención.
—¿Hay arqueros malintencionados?
—Hay, porque al momento de salir van con la cabeza de frente y la rodilla muy arriba. No me pidas decir sus nombres, después me matan.
—¿Cuáles son los defectos del arquero boliviano?
—El peor defecto es la mala salida a cortar en los tiros libres y las pelotas cruzadas. Vi en todos los arqueros bolivianos que salen mal, hay algunos que salen bien y se equivocan en las pelotas por el piso. Es el déficit de los arqueros, que no se animan a salir directo, du-dan y en otros casos no despejan sino quieren agarrar la pelota en el aire y es un gran error.