Por Reynaldo Gutiérrez
Foto: Jorge Abrego
Con 26 años, la joven jugadora de fútbol sala disfruta del recuerdo y la ilusión de volver a salir del país para jugar en un equipo del exterior, pero eso no le quita el sueño, tiene los pies sobre la tierra y de momento piensa en sus estudios superiores combinando con el deporte que es su pasión.
Karla Ticona Poma o como la denominan “la Ticona”, brilló con luces propias en la Copa Libertadores de futsal femenina, que se jugó en Cochabamba. Defendió con su talento y exquisito dominio de balón al campeón boliviano Always Ready, eliminado en la primera fase, pero Karla fue una de las más destacadas del campeonato.
La paceña nació el 29 de junio de 1995 y está entre las goleadoras de la Conmebol, para ella fue otra experiencia más en su larga carrera deportiva. Pese sus años ya se dio el gusto de jugar cinco Copa Libertadores con el plantel de Atlantes, además fue parte de la Selección boliviana y de La Paz, con los que levantó la Copa de campeones.
Lo que comenzó como una diversión, ahora es parte de su diario vivir. “Unos pesos más nos viene bien a todos”, dice sonriente la jugadora, quien confesó que jugar futsal y fútbol le permite costear algunos gastos, pues viene de una familia numerosa. “A mi edad ya no puedo pedir algo de dinero a mi mamá”, expresa.
La estudiante de Instituto Normal Superior de Educación Física (Insef) recuerda que cuando tenía ocho años vivía al lado de su casa, en Villa Litoral, el exjugador de Bolívar Limbert Pizarro, quien salía temprano a entrenar en una cancha por su zona, eso le llamó la atención y ahí comenzó “la historia” de Karla.
“Yo lo veía salir a trotar con su hijo, le seguía y jugaba con él, comenzó a gustarme el futsal, y así pasé dos años, ya cuando tenía 10 jugué en un equipo de niños, mi reto era ganarles (en su rostro se dibujó una sonrisa picaresca), eran más fuertes, así que practicaba tecniquitas y les ganaba, después jugué en el torneo de Adelpaz”, cuenta.
Para la jugadora, el fútbol femenino en el país está cobrando fuerza, está convencida de que hay buenas jugadoras que pueden hacerle frente a cualquier equipo, pero necesitan más apoyo no solo formativo, sino también en lo económico, que es una laguna en este deporte, especialmente en el caso de las damas.
“Si ganaríamos por lo menos un sueldo mínimo, tal vez nos dedicaríamos al cien por ciento solo a jugar y hacerlo profesionalmente, pero nuestra realidad es otra, es por eso que muchas de nosotras buscamos la manera de ganar algo más, no solo nos dedicamos al futsal como en otros países, aquí hasta pagamos por nuestra camiseta”, se lamenta.
Asegura que en la actualidad, el club Always Ready le costea los gastos y le da un bono. “Es el único club que nos da algo”, afirma quien puso por delante sus estudios y este año se titulará como profesora de Educación Física. “El futsal no es para toda la vida, tenemos que tener algo que nos sustente, tener un ingreso fijo que nos permita vivir”, reflexiona.
En agosto de 2020, la jugadora dio un gran paso, fichó por Teldeportivo, de España, donde se dio el gusto de convertir goles de buena factura, su exquisito juego le permitió ser observada por otros entrenadores de equipos españoles, pero decidió volver al país porque su meta es terminar sus estudios para sostenerse en esta vida que la calificó como “muy dura”.
“Puedo decir que fui un aporte para los equipos que jugué, además de la selección, festejé cada gol, que es como un desahogo al trabajo de todas, eso lo demostramos en los partidos de la Copa Libertadores, más aún cuando goleamos al plantel chileno de Deportivo Valdivia, fue una emoción indescriptible, era como si hubiéramos ganado la Copa”, dice.
Cree que si los dirigentes les dieran más oportunidades para mejorar su juego, Bolivia lograría campeonatos. “A nosotras nos hacen entrenar dos semanas para competir, cuando hay selecciones que están trabajando meses y las tenemos que enfrentar en esas condiciones”, manifiesta.
Karla, quien es la sexta de ocho hermanos (Richard+, Katerin, Vladimir, María, Ximena, Yamir y Danny), tiene la esperanza de volver a ser llamada para jugar fuera del país, sabe que tiene el talento para ser titular indiscutible.
“Si me habrían llamado a reforzar a otros equipos a mis 21 años, tal vez no habría escogido estudiar, para mí jugar es todo. Espero volver a salir del país, si no se da no importa, cumplí mis sueños y aún tengo metas”, expresa.
Para la hija de Freddy Ticona (+) e Isidora Poma, la Copa Libertadores que se jugó en Cochabamba marcó una etapa de su vida, pues no olvidará que miles de aficionados corearon su nombre y hasta se dio el gusto de ser la figura destacada de la Conmebol.
“Fue una experiencia aparte, aunque mis compañeras y yo nos sentimos frustradas porque no cumplimos con el objetivo que nos trazamos, se nos quedó la espina”, añade.
Como anécdota, cuenta que cuando fue a Brasil para jugar una Copa Libertadores con Atenas, una niña se le acercó y le pidió un autógrafo, además de una foto y felicitarla por su juego.
“Son momentos que a una le hacen feliz. No tenemos que dejar que las caídas nos dejen ahí, hay que esforzarse más para superarse”, subraya. Ticona lamenta que al no ser profesional el fútbol femenino muchas se dedican a jugar futsal y fútbol 11, lo que afecta a su rendimiento, pero “el dinerito extra te sirve”.