Por Rei Cazagrande
El abogado Édgar Linares afirma que la Agremiación
de Futbolistas de Bolivia (Fabol) está más y mejor
consolidada que la Federación Boliviana de Fútbol FBF), que vive un caos organizativo, porque respeta sus estatutos, cosa que no ocurre con la entidad federativa.
Sostiene que el fútbol boliviano con la actual forma de manejarse no ofrece garantías de fair play (juego limpio), porque se cambian reglamentos, convocatorias, días y horarios de partidos cuando los clubes así lo deciden y eso va en contra de la credibilidad.
—Doctor Linares, ¿cómo analiza el momento que vive Fabol?
—Falta un poco de gestión en Fabol. No se está trabajando en la parte organizativa. Para fortalecer la entidad que agrupa a los jugadores, lo que tiene que hacer Fabol es visitar a los clubes que están en el fútbol profesional y los que están en la categoría Primera A del Aficionado para fundar los sindicatos departamentales, algo que no lo hicieron en estos 29 años de la entidad. Ahí comienza la falla. Hay que ser claros en una cosa, si no hubiesen sido los señores David Paniagua y Milton Melgar, ya hubiera desaparecido la Agremiación, ellos han sostenido a rajatabla todo lo que es Fabol, porque hay un nomeimportismo de parte del futbolista; hasta ahora no se dan cuenta de que la Agremiación de futbolistas está más consolidada que la misma Federación Boliviana de Fútbol, donde es un caso total, no tiene estructura nuestro fútbol, donde cada club hace lo que le da la gana, donde pueden cambiar reglamentos de la noche a la mañana, es una vergüenza cómo ha sido el tema de los pases en pleno campeonato.
No respetan el estatuto ni la convocatoria, porque una gestión deportiva comienza un 31 de enero y finaliza un 31 de diciembre, y los jugadores tienen un contrato que especifica claramente el periodo de duración, con alguna adenda cuando surgen inconvenientes, caso apertura de libro de pases a mitad de año. Quienes tienen el derecho de cambiar de club son aquellos que no han jugado, después de haber sido habilitados ni un solo partido, que no han entrado a la cancha, también pueden traer los jugadores extranjeros que gusten según el cupo disponible.
Es una barbarie lo que ha pasado con el jugador Marcelo Suárez, hay una falta de ética, pese a que el futbolista busca mejores rumbos, hay que ver quién lo ha preparado, dónde ha hecho la pretemporada, es su anterior club; entonces los que han procedido de mala manera son una manga de sinvergüenzas.
Otra barbarie que quieren cometer es la modificación del campeonato en función de los ascensos y descensos. A este paso nadie va a querer ir al fútbol, porque un equipo sale campeón en cancha y puede ser que después otro reciba el trofeo en mesa. Fabol mira todo lo que está pasando, no hace absolutamente nada para hacer prevalecer los derechos del futbolista, porque no tiene vos ni voto en la toma de decisiones en el fútbol boliviano, cuando es parte importante del
desarrollo del fútbol boliviano.
—¿No cree usted que Fabol ha perdido fuerza con la salida de David Paniagua?
—No, para nada. Hay un estatuto que determina cuál es la función de cada uno de los miembros del directorio. Desde esa óptica, el nuevo secretario ejecutivo, Erwin ‘Chichi’ Romero, tiene que actuar en base al estatuto, saber qué facultades tiene, debe nombrar a todo su directorio y no que aparezcan dos personas, eso es usurpar cargos. Además e tiene que empapar al mínimo de lo que dice el estatuto.
El señor David Paniagua no ha sido elegido como secretario ejecutivo de Fabol, él era asesor legal del directorio presidido por
Milton Melgar.
Decir que Fabol ha sido sometido a los designios de la FBF es
totalmente falso, no tiene ningún asidero legal. Que haya habido un acercamiento entre la FBF y Fabol es simplemente a raíz del problema surgido con David Paniagua. Es un caso intuito persona, que no enloda en absoluta la situación de Fabol.
—¿Por qué Fabol no reaccionó en el caso de Palmaflor?
—El tema de Palmaflor es un caso sui generis. Los jugadores no cobran sueldos hace cuatro meses, es un abuso grande de los señores que son directivos del club que no paguen salarios, además que los jugadores no pueden salir de una isla, donde están totalmente aislados y ese es otro castigo.
Si los futbolistas estarían viviendo en Cochabamba, pudieran tener otra actividad, tal vez de cambistas para después ir al entrenamiento, pero donde están aislados no hay mucha actividad y eso les dificulta generar recursos para sus familias.
Un hecho muy serio es que el futbolista tiene temor. Es como cuando Sport Boys estaba en el fútbol profesional y su presidente era el Ministro de Gobierno (Carlos Romero), donde igual no les pagaban y cuando alguien reclamaba, en el caso de un extranjero, le ofrecía la frontera y al boliviano le recordaban que en el país no tendría ningún espacio en el fútbol porque pondrían todos los obstáculos para que no pueda vincularse a otro club.
En Palmaflor hay temor, no olvidemos que el presidente es el expresidente del país Evo Morales, y los pagos deberían estar al día, porque lo que se pregona se debe cumplir, pero eso no ocurre.
La reacción inmediata de los futbolistas ha sido decir que ‘no vamos a asistir a un partido’, pero no lo han hecho; una cosa es hablar y otra ejecutar.
Si los jugadores respetaban se podían llevar los procesos a través de la justicia ordinaria, los juzgados de trabajo, porque no se les ha pagado cuatro meses. Como el jugador está incluido en la Ley General del Trabajo, podía cobrar los cuatro meses de sueldos adeudados, el desahucio, duodécimas de aguinaldo y otros beneficios, pero no han comunicado la situación a Fabol para que pueda intervenir, solos hicieron sus acuerdos y ahí no se puede entrometer nadie de oficio.
—¿A qué tipo de miedo se refiere?
—Miedo al poder político. Si algún periodista entrevista a un jugador de Palmaflor y le pide que le cuente la verdad de cómo vive, cómo lo tratan, no creo que lo haga por miedo a
sufrir las consecuencias.
—¿No ve, que hay un encubrimiento de parte de la Federación?
—No, porque la Federación es un ente que representa al fútbol boliviano, los que nombran a los ejecutivos son los clubes, que son independientes en su manejo estructural por los estatutos que tienen con respecto al tratamiento que debe tener el futbolista. El único momento
que puede actuar como parte es cuando un jugador es convocado a la Selección boliviana, porque
hay un factor de independencia.
Por ejemplo, tengo demandas laborales de ayudantes de campo, utileros y otros miembros que han trabajado en la Selección, que no han recibido el pago por su labor. En cualquier momento vamos
a corretearlo al presidente de la Federación para que cumpla con el pago de beneficios sociales.