La pandemia lo dejó sin trabajo y junto a su esposa entrega pedidos de ceviche.
TEXTO JAVIE MAMANI | FOTOS JUAN QUISBERT APG
La crisis laboral obligó al radialista paceño José Valdés a buscar otros caminos para salir adelante, la pandemia del coronavirus tocó fondo en el país y sus recursos económicos disminuyeron poco a poco. Se vio obligado a salir a las calles como el «Chasqui Delivery» para entregas a domicilio con la singular particularidad de este personaje de la época incaica.
El Chasqui, fue un personaje mítico de la historia en el Imperio Inca (corredor joven que llevaba un mensaje o recado en el sistema de correos del Tahuantinsuyo) con la particularidad de que portaba un pututu (trompeta de caracol para anunciar su llegada).
Con esas características el radialista emprendió un nuevo negocio para salir adelante, y sacar adelante a su familia en medio de la cuarentena de más de 100 días en el país. La idea de emular al joven corredor permitió crear al «Chasqui Delivery».
«Al suspenderse las publicidades en las radios, varios trabajadores fueron despedidos por falta de ingresos, es así que vuelve a la escena el personaje creado el año 2009 y que nació en la radio. En realidad es Condori Condori, en el programa Área Cool (radio Gente). Entonces hice que renazca agregándole el nombre de Chasqui para la entrega de pedidos a domicilio», apuntó.
Valdés, está casado con una ingeniera comercial, quien también tenía sueños. Nadie se imaginó que la pandemia frenaría sus proyectos, además de causar muchos problemas a las familias bolivianas. Ante la necesidad de dar un paso adelante ambos colocan un puesto de comida con el poco dinero que les quedó de sus ahorros. Los bonos estales se les habían terminado, «nos quedamos con 100 bolivianos».
«De esta manera surgió la idea de vender ceviche, ya que las manos de mi esposa tienen esa magia de poder preparar un plato que gusta mucho a los paceños, y con el ´Chasqui Delibery´ esto se hizo más interesante», dijo Valdés.
«No tengo moto, ni auto ni bicicleta para dejar mis pedidos, por eso lo hago a pie, y camino por las calles con el fin de entregar los pedidos». Valdés cree que la gente piensa que esta iniciativa era para sumar «likes» en las redes sociales, pero aclara que «solo es para mantener a mi familia y poder pagar el colegio, ya que mis hijos están estudiando y necesitan el internet».
Cada mañana preparan los platos de ceviche en su puesto de venta «Aquisito». Los clientes hacen el pedido 24 horas antes y con libreta en mano programa la ruta de sus entregas. Con todas las medidas de bioseguridad que exigen las autoridades sanitarias, además de un atomizador en su mochila, comienza la entrega diaria.
El camino más largo que recorrió fue para llegar a la zona sur desde Villa Copacabana. La gente le levanta el pulgar alentandolo y ahora muchos los clientes esperan en sus puertas con el celular «para comprobar» si realmente es el «Chasqui Delivery» y llega a pie.
Velasco contó que en su ruta tiene el desafío de cruzar por lugares peligrosos con la finalidad de llegar a su destino, «cruzar los cerros, subir largas filas de gradas con gran esfuerzo físico para cumplir mi meta y entregar lo que piden los clientes».
No queda al margen la característica de su voz, que con un toque andino invita a escucharlo. Él se encarga de contestar las llamadas de la manera más cordial y agradable, sin olvidarse del respeto. «Mameta lenda, has no más to pedido, mándame to derección», expresa al atender sus llamadas de solicitudes de ceviche.
«Es una forma de contestar el celular, le da vida, para que los clientes tengan algo de alegría por todo lo que están pasando con esta pandemia», aseguró.
El «Chasqui Delivery» aclaró que su forma de responder «de ninguna manera es insultar a la gente del campo, es realzar nuestra cultura boliviana que se está perdiendo».Otro comunicador que ante la crisis cambió y se reinventó para su familia.