SEBASTIÁN ES HIJO DE GONZALO GALINDO, FUTBOLISTA QUE PASÓ POR WILSTERMANN Y LAS SELECCIONES NACIONALES. AMBOS SIENTEN EN LA PIEL EL FÚTBOL Y LOS COLORES DEL CLUB QUE LOS VIO NACER, AUNQUE EL PRIMOGÉNITO QUIERE SA-LIR Y SER JUGADOR DE ÉLITE.
POR EDGAR TEJERINA CASABLANCA
“HOLA, TEJE, ¿CÓMO ESTÁS?”, dijo sin titubeo, apenas nos encontramos para esta nota en la plaza Colón, en su tierra natal.
Sebastián Galindo Novillo, el Sebas, cochabambino nacido hace 20 años, de raíces futboleras por su padre Gonzalo y su tío Roberto, luciendo la casaca roja acude a la cita para hablar del presente y de su futuro tras un año especial por esta maldita pandemia que nos cambió la vida a todos.
Aparece Gonzalo, su papá, su apoderado, y lo cierto es que el primogénito es más alto, tiene más cuerpo que aquel delantero que también jugó en Wilstermann, Bolívar, The Strongest y Aurora.
Fue un amigable encuentro donde se tocaron muchos temas del fútbol actual. Sebas es más cuidadoso y conciliador, Gonzalo no cambió mucho, es frontal, agresivo (en un buen termino) y sigue reclamando por la oportunidad que se debe dar en el país al elemento joven y nacional.
Faltó a la cita Matías, el hijo menor de los Galindo Novillo, que también quiere seguir los pasos del papá y el hermano. También apunta a debutar en Wilstermann…
Sebastián, el joven mediocampista, busca su consagración como futbolista profesional y sueña en que el año próximo se puedan hacer realidad muchos de sus planes. «Quiero ser un futbolista profesional a carta cabal, aunque no descuido mis estudios, pues sigo estudiando ingeniería industrial».
Galindo Novillo recuerda que comenzó muy pequeño tratando de imitar lo que hacía su papá hasta que debutó en 2017 en el torneo de la Liga Profesional frente a Real Potosí. «Pasé una linda velada con mi bautizo, me cortaron mi cabellera, pero el día siguiente la pasamos mal. Nos ganaron 4 a 1. Dolió».
Con 20 años y cinco meses, Sebastián cree que pronto el destino le guiñará un ojo. «Mi contrato con Wilstermann termina el 31 de diciembre, aún no me dije-ron nada, pero lo que venga tengo la sensación que el 2021 será bueno, muy bueno. Tengo ganas de jugar en el extranjero y una Copa Libertadores».
El volante de 1.78 de estatura no tuvo la oportunidad de jugar en la Libertadores de este año. «Se que tengo que aprender mucho más seguir trabajando, pues me faltan muchas cosas, ser más encarador y efectivo en la cancha», dice recordando que estuvo en el banco de suplentes en uno de esos partidos internacionales y que sintió esa distinta e inigualable sensación de una gran Copa, como lo es la Libertadores.
EL INICIO
El joven futbolista cochabambino recuerda con agradecimiento a dos técnicos. Al peruano Roberto Mosquera que le permitió debutar con la camiseta del cuadro «aviador» y al técnico cochabambino Mauricio Soria Portillo, » que lo llamó en 2016 para integrar la selección nacional juvenil Sub-16. «Jugué el campeonato Sudamericano que se disputó en Chile, donde adquirí mucha más experiencia».
Sobre su actual técnico Cristian Díaz, sostiene que es un buen profesional.
Galindo que valora el apoyo de su familia en cada emprendimiento, sostiene que sueña con ser profesional y un jugador de élite. «Nuestro fútbol es bueno, pero nos falta mucho, tenemos que cambiar la forma de pensar, nos conformamos con este fútbol y debemos tratar de salir, de aprender, ser de otro nivel».
AMIGOS
En Wilstermann hizo muchos amigos, entre los que cuenta a Didi Torrico, una persona leal y honesta, pero al que no olvida es a José Mamani, un gran com-pañero con el que integró el equipo profesional desde 2017. «Es una gran persona, fuimos campeones nacionales con la selección Cochabamba».
Galindo Novillo tiene mucho recorrido pese a la edad, también vistió la casaca verde en la Sub-16 de los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, Colombia, en 2017 y estuvo en tres ediciones de los Juegos Deportivos Estudiantiles Plurinacionales entre 2016 a 2018 con el colegio Anglo Americano.
Wilstermann fue y es el equipo de sus sueños, pero Sebastián quiere ser protagonista, quiere ganar minutos de juego, quiere ser titular permanente en el fútbol nacional. «Tengo ganas de salir del país, sé que es complicado, pero por ahí confío en que se dará la oportunidad. Wilstermann tiene prioridad sobre mi ficha, en caso de no hacerlo… ya tengo algunas opciones».
El mediocampista por derecha, gusta ser dinámico, y admite tener buen toque al balón, además siempre juega a la ofensiva, y pretende llegar en todas sus expediciones hasta el arco rival para crear opciones de gol. «Teje, tengo algunas opciones, pero no me gusta ser irrespetuoso con mi club actual. Yo estoy fichado con Wilstermann, así que no revelaré nombre o dato alguno mientras no llegue el 1 de enero de 2021».
Sebastián es más extrovertido, de fácil desenvolvimiento, siempre sonriente y pregunta si conozco a su abuelo materno, José Antonio, con quien trabaje 15 años en un diario cochabambino.
WILSTERMANN HOY
Se siente muy feliz de haber integrado este equipo que avanzó muy bien en la Copa Libertadores y destaca a muchas figuras en las que destaca al buen porte-ro Hugo Suárez, los delanteros Ricardo Pedriel y Gilbert Álvarez, además de la experiencia del cochabambino Edward Zenteno y otros como los cruceños Juan Carlos Aponte y Alejandro Meleán.
Hace especial mención al brasileño Lucas Gaucho, que le dio confianza estando juntos en la cancha.
Sebas no termina su trabajo en la cancha con cada entrenamiento, tras esa sesión diaria acude a un gimnasio donde cumple una tarea especial, también cui-da de sus alimentos y los libros que no faltan en su dormitorio donde los lee antes de dormir.
En el campo de juego se define técnicamente hábil, pero siente que le falta aún físico, que es fundamental a la hora de disputar los compromisos. «Si, tengo un horario y rutinas establecidas, pues yo marco mi trabajo por lo que quiere marcar diferencia».
RESERVADO
Este futbolista es reservado a la hora de hablar de temas económicos o de la dirigencia, prefiere no tocar los mismos. «De temas dirigen-coas prefiero no hablar, ello lo dejo para ellos y de temas económicos tampoco, debido a que cada jugar sabe lo que debe costar su servicio a determinado club».
Sebastián acude a la sesión de fotos, y Marco (Torrico) pondera el buen estado de ánimo y chispa del futbolista, y hasta se gana bonos para ser el próximo modelo de sus sesiones fotográficas.
«Quiero destacar el apoyo y guía de mi papá, pues adquirí esta personalidad de su mano, y también quiero destacar el apoyo de mi mami, Verónica, y todo el entorno familiar, que siempre están a mi lado. Tengo una linda familia y con Dios y mucha fe, se que tendremos un buen y positivo próximo año 2021. Gracias por esta oportunidad de contactarme con la gente del fútbol boliviano».
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DE COMTECO A WILSTERMANN
No… Sebastián tiene muchas cosas que heredó del papá Gonzalo, pero no quiere ser la astilla de ese palo, quiere ser distinto, original y que marque diferencias acorde al tiempo actual.
Con mucho agrado lució la camiseta roja que también indentificó a Comteco, equipo en el que jugó y allí dio el salto al primer equipo de Wilstermann. «Recuerdo que comencé a jugar a mis cinco años (2005) en el club ABB de La Paz —cuando mi papá jugaba en Bolívar—, luego nos fuimos a Ecuador donde mi papá fue a jugar en Emelec y entonces acudía a la escuela de fútbol Alfaro Moreno, filial del Barcelona de España».
Sebastián ya en romance con la pelota, volvió al país de la mano de Gonzalo que retornó a las filas de Wilstermann y se alineó en la Escuela de Fútbol Comteco en 2007 y luego retornó a la ABB y el club Emilio Alabe de Potosí.
«Tengo gratos recuerdos de Comteco donde jugué los torneos de 2011 a 2015 y un año después se dio el gran salto fichando para Wilstermann en 2016 hasta la fecha».