El arbitraje nacional está en el ojo de la tormenta, y no solo por errores arbitrales que originan cuestiona-mientos y polémica, sino porque los jueces de hoy parecen haber perdido respeto.
Su actuar robótico, muestra que muchos están carentes de un buen estado físico, algo considerado básico en la conducción de partidos donde cada vez tenemos elemento más joven en nuestros equipos profesionales.
Peter Guerrero, árbitro paceño -aunque en realidad nació en la Argentina y se vino muy pequeño a la ciudad del Illimani, analista arbitral en el progra-ma televisivo «Máquina Deportes», habla sin pelos en la lengua de su mundo. «Nací el 5 de mayo de 1973 en la Argen-tina. Me trajeron muy pequeño, por ello soy papa argentina, hecho chuño en mi querida La Paz».
Con más de 24 años en el mundo referil, Peter se considera con mucha solvencia para analizar y criticar el arbitraje de la actualidad, sus inicios se remontan a un conocido barrio paceño, donde acudió a dirigir por afición un torneo de fútbol. «Comencé desde divisio-nes inferiores, tuve roce internacional, no llegué a un estrato mundial, pero me siento orgullo por todo lo que hice en mi carrera deportiva».
MÚLTIPLE EN TODO
Peter fue un múltiple deportista, practicó baloncesto, vóley, fútbol de salón y le apasionaba el fútbol. Sobresalía en todas estas disciplinas. «Tenía un equipo en mi barrio, Villa Armonía, una vez me pusieron de delegado en la mesa de control. Veía que todos le daban duro al árbitro. No se si le reclaman con
o sin razón».
Guerrero al ver aquel trato decidió aprender y meterse en el mundo del arbitraje. «Hablé con un árbitro, él un poco mayor, le dije que deseaba aprender a pitar, me cito a las 6.30 de la mañana en Villa Copacabana. No sabía si reír o morir de bronca. Mi instructor me dijo que tomé el banderín y bueno solos los dos dirigimos».
Sorprendido por ese inicio, Peter decide estudiar las reglas, como jugaba al fútbol, ello le permitió un rápido avance y pronto debut que además le significa un ingreso económico.
ANÉCDOTA
Se ríe al recordar una anécdota, pues rememora aquel tiempo que sucedió en Villa Copacabana. «Ya era árbitro, oficie de juez de línea, los partidos eran duros en primera de honor».
Peter cuenta que cobró un fuera de juego y todos se le fueron encima. «Me hicieron un corralito, sin policía ni otro tipo de ayuda, patearon mis cani-llas. Dirigí tres partidos, fui a la mesa de control y les arroje los 30 o 40 pesos que me pagaron y les dije que volvería siendo FIFA».
Años después, Peter volvió a supervisar un partido amistoso en la villa luciendo su insignia FIFA. Se encontró con pocos de los que en el pasado habían golpeado sus canillas. «Fue una satisfacción volver. Recuerdo que jugaron el equipo presidencial de Evo y un seleccionado del barrio».
Un altavoz al dar la bienvenida a los visitantes, saludaron al futbolista profesional Helmut Gutiérrez, el árbitro FIFA Peter Guerrero y otros. El juez sintió una emoción y un sueño cumplido. «Fue un orgullo, ser respetado como profesional».
SU ADIOS
Peter dejó el arbitraje por una decisión personal. Cuenta que volvía de Cochabamba a La Paz tras una prueba física dispuesta por la federación. «Nece-sitaba volver a La Paz, era para celebrar el cumpleaños de mi pequeña hijita. «Tomé el primer bus, ya en el tramo de Oruro a La Paz el bus se salió de la carretera por exceso de velocidad, voló cerca al puente y cayó en un río seco».
Peter con rostro triste y dialogo pausado, recuerda que fue el que salvó muchas vidas, mientras la gente al interior del bus gritaba, lloraba y buscaba un escape. «Fue difícil, la puerta no se abría, logramos salir por la baulera y yo puse mi cuerpo resistiendo a que no se cerrará. Ahí sentí dolor, hubo lesión en mis meniscos. No desmayé, resistí hasta que salga la última persona viva, muchos murieron».
El dolor quedó hasta hoy, pero no deja de entrenar con cuidados y ver periódicamente a su fisioterapeuta. «Me cuido, estoy mejor, aunque apelo a mucho co-lágeno».
PROFESIONAL
Peter Guerrero, así como es múltiple deportista, es también poli profesional. Su primera profesión es controlador de tráfico aéreo, luego coronó sus estudios como ingeniero en telecomunicaciones, posteriormente se graduó ingeniero civil y estudia derecho.
Tiene una empresa constructora con la que afrontó este difícil tiempo de pandemia. «Vamos bien, hay trabajo, pero no hay afectivo», dice sonriente.
Al pasar al sector pasivo en el arbitraje, hoy se dedica a analizar el trabajo de los jueces bolivianos y tiene una serie de reparos.
ARBITROS
El arbitraje y los árbitros están en la mira de los aficionados, de los jugadores, de los entrenadores y también de los dirigentes. “Lamentablemente hay una división en el gremio, hay canones que se deben respetar. Pasa lo mismo que en el mundo de los futbolistas, de los técnicos y los dirigentes. «Los jugadores entrenan, le hacen la camita al técnico, pasa lo mismo en el arbitraje».
Guerrero que hoy se siente cómodo trabajando en un programa deportivo de la TV. Prefiere ese mundo al del arbitraje. Sentimos sus reparos, su bronca y sus cuestionamientos. «Les falta mejor estado físico, el partido es el examen, pero para ello hay que estudiar en la semana. A muchos no les gusta estudiar, no les gusta rendir pruebas físicas y si está en el entorno, no le exigirán ese requisito».
El ex árbitro FIFA, sostiene que los jueces deben estudiar los partidos que dirigirán en la semana. Si eso sucediera, tendrían buen desempeño ya que llegarían conociendo a los futbolistas y sus picardías.
Guerrero insiste en que el arbitraje nacional mejorará en la medida en que los jueces se preparen mejor y es-tudien a los rivales. «No debe haber temor a rendir el examen semanal, muchos no le dan al físico».
Los árbitros experimentados aseguran que los jueces internacionales dan examen una vez a la semana. “Hay quienes piensan equivocadamente y dicen que no se les puede tomar pruebas en Bolivia, es para evaluar su desarrollo y yo no le veo problema alguno».
Peter se considera que no es «monedita de oro» para mucho, pero sugiere que la disciplina, la educación, hará que el arbitraje mejore, y sino estará como está.
«Debe partir de uno que el arbitraje cambie sus políti-cas y su organización, basados en la nueva forma FIFA o vigente. «Hay que cumplir los requisitos y así superar el 70 % de los problemas del arbitraje».
DIVISIÓN
Como sucede en todos los gremios, en el arbitraje hay regionalismo y muy marcado. «Muchos van donde sopla el viento».
Peter sintió en carne propia los límites que le pone el entorno para poder acceder a cargos importantes o sugerir mejoras destinadas a jerarquizar el gremio. «Fui instructor FIFA, trabajé en el fútbol de La Paz, pero hay que saber mover fichas para subir».
Guerrero tiene muchas observaciones al arbitraje de hoy, al que acusa de tener poco trabajo en el orden físico y acusa a los inspectores y asesores de no cumplir a cabalidad su rol. «No solo es saludar a la terna, ser inspector no es lo mismo que ser presidente. El asesor debería ser como el entrenador, estudiar al rival, analizar y radiografiar a los jugadores veloces».
Refiere a que hay algunos que les saluda en la puerta del estadio, luego al final del partido van a comer. «El arbitro se acostumbro a eso, admito que yo lo hacia, pues no podía obligarlo al asesor hacer su verdadero papel».
Insiste en que el árbitro de hoy no analiza, ni estudia. Espera su nominación y acude el partido sin mayor conocimiento de los rivales.
ECONOMÍA
Guerrero es partidario de que los árbitros deberían ser pagados por la FBF y no los clubes. «El arbitraje da para vivir si eres nominado por lo menos dos o tres veces al mes».
Recuerda que presentó junto a Wilson Estrada muchos planes al fallecido César Salinas. «Muchas veces son nominados árbitros reprobados en las pruebas físicas. Cómo se explica ello».