Por Antonio Farías Gonzalez
Bolivia venció a sus propios fantasmas, sus temores, sus incertidumbres, su pobreza de espíritu mostrada en el ciclo de Gustavo Costas. Bolivia se venció a si misma en este triunfo ante Perú, que sirvió para marcar una línea divisoria entre el pasado reciente y el presente, una línea que también puede ser de partida para pensar en una mejora sustancial que nos permita pensar con más optimismo en lo que viene para el 2024: amistosos, Copa América y nuevamente las eliminatorias en septiembre.
Asumió Antonio Carlos Zago, conocedor de nuestro fútbol por su paso como entrenador de Bolívar. El brasileño inició su tarea sin frases grandilocuentes ni promesas, con sencillez y franqueza. Mostró interés en el torneo doméstico, ganas de trabajar y educación además de sobriedad en su trato con la prensa y, a partir de ahí, comenzó a marcar distancia con el anterior cuerpo técnico.
Y Zago empezó su tarea ganando, que era una imperiosa necesidad para la selección. No fue una victoria lograda por casualidad, tuvo argumentos, razones -anímicas y físicas- que sustentaron el triunfo.
Hubo claves y las desarrollamos en esta nota.
- CAMBIO DE ACTITUD
Desde el intercambio con el periodismo, en los días previos al partido, con declaraciones que ponían sobre la mesa el deseo de ganar, pero también una convicción que hasta ahora este equipo no había mostrado.
Con la tranquilidad de encarar un partido clave en las aspiraciones de clasificar al mundial y no morir tempranamente en el intento. Demostrando solidaridad con el momento que vivía Martins al anunciar su despedida de la selección.
Ganas, esfuerzo, sacrificio, pierna fuerte, voluntad, intención de hacer bien las cosas. Todo esto hizo evidente la modificación en lo actitudinal expresado en la cancha.
¿Tiene mucho que ver el nuevo director técnico? Claro que sí, pero también la disposición de los futbolistas para pensar en el beneficio del equipo. - ORDEN TÁCTICO
Orden desde la fase defensiva. Sin la pelota con las líneas bien juntas, plantando un equipo corto, realizando coberturas y relevos correctos, un bloque compacto durante grandes lapsos, y ordenándose con la pelota para reorganizarse luego para recuperarla.
Perú no fue capaz de desordenar a nuestro equipo en ningún momento del cotejo. - AGRESIVIDAD
Bolivia dejó de ser un equipo suavecito y pusilánime.
Metió pierna fuerte cuando tenía que hacerlo en la disputa por el balón, nunca fue pasivo en la marca y en la recuperación.
También mostró agresividad para atacar, siempre pensó en el arco del frente, en hacer daño, en anotar, rematar y presionar. - LAS INDIVIDUALIDADES
Viscarra, nuevamente correcto en la actuación bajo los tres palos, brindó y transmitió seguridad y aplomo.
Haquin, expeditivo, seguro por arriba y abajo. Bien complementado por José Sagredo, en la zaga central. - EL TÉCNICO ACERTO EN EL PLANTEO
Presión alta por momentos, presión tras pérdida cómo estrategia de recuperación, repliegue ordenado presionante, sin regalar espacios. Con un esquema de 4-2-3-1, que le permitiera disponer de la pelota por dentro y abrir la cancha.
La subida criteriosa de Roberto Carlos Fernández por la banda. - SERENIDAD mantenida
En todo momento, sobre todo cuando en la segunda etapa, como era previsible, Perú se mandó con todo al ataque en procura de lograr el gol de la igualdad.
Los peruanos lograron controlar el juego, manejaron el balón con cierta prolijidad y rapidez, pero Bolivia siempre se sintió segura para defender, a distintas alturas, esperando pero buscando la entrada rauda y la presión constante.
La serenidad boliviana también tuvo su expresión en la posesión, fue capaz de aquietar el ritmo en momentos precisos, y acelerar el trámite especialmente en las transiciones. Así llegó el segundo gol que selló la victoria local. - ACERTANDO EN LOS NOMBRES
Crear sociedades rápidamente, unir eslabones que le den estructura al plantel. Eso necesita de hombres adecuados para la tarea. La elección de los nombres corresponde al técnico, convocados y titulares son su responsabilidad, y Zago acertó, salvo la presencia de algún incluido en el grupo sin mayores fundamentos. - FUE UN CONJUNTO EFICAZ
Combinando aciertos en ataque y defensa, con orden y precisión, progresando en el campo, creciendo en volumen de juego durante el desarrollo del cotejo, además de contundencia en el instante de la finalización: sendos remates, potentes y bien dirigidos, para batir a Gallese.
De nuevo: actitud, orden, agresividad y efectividad, el conjunto apareció y fue eficaz. - BRILLARON LOS VACA
Ramiro y Henry, en ese orden por influencia y continuidad.
Ramiro fue el mejor del partido, en función más defensiva en la primera fracción, pero más adelantado en la cancha, cerca del área contraria, donde puede hacer pesar más su talento, en los segundos cuarenta y cinco minutos.
Henry importante en el primer tiempo, moviéndose mucho para no quedar aislado sobre la banda, después ya se cansó habiendo hecho bastante en el terreno de juego.
Dos remates, sendos goles —golazos— de ambos, para regalarle una victoria crucial al equipo de todos.