Por Edgar Tejerina Casablanca / Fotos: Guto Tarasiuk – Brasil
No haber jugado su primera Copa Sud- americana en Oruro le duele. Oculta su malestar por el descuido de mejoras y un adecuado mantenimiento del histórico estadio “Jesús Bermúdez”.
Pese a las muchas adversidades, las críticas poco constructivas, Paulo Folster, presidente de GV San José tras la dolorosa caída en el esta- dio “Maracaná́” a manos de Fluminense, se muestra sereno. Asume las caídas, se levanta y está contento por este paso internacional a poco de subir a la División Profesional del Fútbol Boliviano.
Su familia se identificó con el amor y sueño de formar “un nuevo San José”.
—Paulo, ¿Cómo está después de las caídas ante Fluminense y Once Caldas, esperaba estos resultados?
Estoy tranquilo, aunque no era los resultados que esperábamos. Sabíamos que sería partidos complicado y aun más jugando fuera de casa.
—¿Pesó y cuánto, no haber sido local en Oruro?
Sin duda, no jugar en Oruro nos quitó la posibilidad de tener ese impulso de nuestra querida hinchada. La localía en estos torneos marca la diferencia. Hubo gente que esperaba asistir al estadio local para apoyarnos, pero no fue posible. Esta vez la CONMEBOL no aprobó́ el escenario.
No haber jugado su primera Copa Sudamericana en Oruro le duele. Oculta su malestar por el descuido de mejoras y un adecuado mantenimiento del histórico estadio “Jesús Bermúdez”.
Pese a las muchas adversidades, las críticas poco constructivas, Paulo Folster, presidente de GV San José tras la dolorosa caída en el esta- dio “Maracaná́” a manos de Fluminense, se muestra sereno. Asume las caídas, se levanta y está contento por este paso internacional a poco de subir a la División Profesional del Fútbol Boliviano.
Su familia se identificó con el amor y sueño de formar “un nuevo San José”.
—Paulo, ¿Cómo está después de las caídas ante Fluminense y Once Caldas, esperaba estos resultados?
Estoy tranquilo, aunque no era los resultados que esperábamos. Sabíamos que sería partidos complicado y aún más jugando fuera de casa.
—¿Pesó y cuánto, no haber sido local en Oruro?
Sin duda, no jugar en Oruro nos quitó la posibilidad de tener ese impulso de nuestra querida hinchada. La localía en estos torneos marca la diferencia. Hubo gente que esperaba asistir al estadio local para apoyarnos, pero no fue posible. Esta vez la CONMEBOL no aprobó́ el escenario.
—¿Qué pasó realmente para que no sean anfitriones en esta Copa?
Fue una combinación de temas logísticos, administrativos y de iluminación. Lamentable- mente no se pudo resolver a tiempo.
—¿Se siente enojado o molesto con alguna gente o con el mismo equipo?
No se trata de enojo, sino de asumir con madurez lo que estamos viviendo. Esto es par- te de un proceso de construcción, con sus errores y aprendizajes. Estoy convencido de que todos, desde los jugadores hasta la dirigencia, queremos lo mejor para el club.
—¿Cómo así tomó la decisión de fundar GV San José y por qué?
Fue por amor al fútbol y al legado del club San José. Queríamos mantener viva esa historia, pero con una visión moderna, profesional y sostenible.
—Estando lejos, por razones de trabajo, ¿le cuesta dirigir el club?
A veces sí, pero gracias a la tecnología y a un equipo de personas comprometidas, puedo estar presente en cada decisión.
—¿Qué opina su familia sobre esta incursión en el fútbol?
Al principio fue una sorpresa, pero hoy me apoyan mucho. Lo ven como un proyecto con propósito.
—¿Hay gente que lo ayuda en Oruro o todo esto lo carga solo usted?
Hay personas valiosas que me ayudan en Oruro. Solo sería imposible. Esto es un trabajo en equipo.
—¿Por qué se fue Baldivieso? Su salida “destrozó” al equipo, ¿no?
— Fue una decisión difícil, pero necesaria en su momento. Valoramos mucho lo que aportó, pero el fútbol es así. Ahora seguimos adelante.
—¿Cómo es su relación con los futbolistas y cuerpo técnico?
Muy buena. Siempre basada en el respeto, la confianza y el dialogo.
—Paulo, es difícil el país, ¿se le pasó por la cabeza tirar la toalla?
— Nunca. Hay momentos duros, sí, pero uno no se embarca en algo así sin convicción. Y cuando esa convicción nace del compromiso con la gente, con una comunidad que sueño con algo mejor, no hay espacio para rendirse. Este país atraviesa desafíos profundos, pero también tiene una fuerza inmensa que viene de su historia de lucha y resistencia. Seguimos firmes, porque creemos que es posible construir algo diferente. Y ese compromiso es más fuerte que cualquier obstáculo.
—¿Tiene usted raíces orureñas?
No de nacimiento, pero sí de corazón. Oruro ya es parte de mi historia.
—¿Qué le dice su familia sobre esta otra responsabilidad asumida?
Al principio les sorprendió́, pero confiaron en mí desde el primer momento. Hoy se sienten orgullosos de ver cuánto significa este proyecto para mí. Saben que no fue una decisión impulsiva, sino algo pensado y con propósito.
—¿Qué sintió́ estar en la CONMEBOL, en el sorteo?
Fue un orgullo. Un reconocimiento al trabajo que estamos haciendo. Y también un momento de mucha emoción.
—GV quedará pronto solo en San José, ¿esa era la idea al fundarla?
La idea era construir algo nuevo que también honrara el pasado. GV San José es esa fusión de historia y futuro.
—¿Por qué GV San José y no solo GV?
Porque queríamos mantener viva la esencia de San José, su hinchada y su identidad. No se trata solo de un nombre, sino de un legado. —Siento que su esposa Carolina y sus hijos, Marcelo, Paloma y Victoria ya sienten el fútbol como usted, ¿no?
Totalmente. Hoy viven cada partido, cada victoria y cada tropiezo conmigo. Somos todos parte del equipo.
—¿Cómo hace para mantener la economía del club, ¿solo verdad?
Ha sido un gran esfuerzo, sí. Con mucho trabajo y dedicación pudimos lograrlo. Pero también estamos trabajando para que el club se sostenga con recursos propios y nuevos apoyos.
—¿Cual es su sueño más grande con GV San José?
Nuestro mayor sueño es consolidar el club en los torneos nacionales y internacionales. Queremos que GV San José sea sinónimo de buen fútbol, de gestión profesional y de un proyecto que inspire a futuras generaciones.
—¿Qué ha aprendido del fútbol boliviano desde que está al frente del club?
He aprendido qué realmente es el fútbol: es pasión, identidad y esperanza para mucha gente. Pero también entendí́ la enorme responsabilidad que implica liderar un equipo. No se trata solo de resultados, sino de construir un camino, de tomar decisiones difíciles y de inspirar a quienes creen en el proyecto. El fútbol es mucho más que un juego; es una forma de transformar realidades.
—¿Qué mensaje a la hinchada?
Que sigan creyendo en nosotros. Sabemos que no es fácil, pero estamos construyendo un proyecto real con raíces fuertes. Esta historia la escribimos juntos, y cada aplauso, cada bandera y cada grito nos da fuerza para seguir y porque entienden que esto va más allá del fútbol: es una forma de honrar una historia.