Muchas veces lo que se dice o hace dentro el vestuario no sale a la luz por una cuestión de códigos, pero hay cosas que no se pueden guardar en defensa del grupo conforma-do por más de 56 personas entre jugadores, cuerpo técnico, administrativos y dirigentes.
POR SANGRE JOVEN
En la última sesión, César Farías sintió que algunos futbo-listas estaban con pocas ganas de formar parte del equipo titular y sin vuelta convocó a aquellos que tenían hambre de triunfar y ansiedad por ganarle al equipo de Lionel Mes-si.
Quienes lo conocen afirman que Farías no es la persona de rogar ni forzar la inclusión de un jugador en el equipo, para él no hay imprescindibles ni insustituibles. Si ve que un futbolista experimentado que no está con ganas, pone a un joven, sin rodeos ni miedo.
Recordaron al capitán Ronald Raldes, quien jugaba alma, vida y corazón cuando se ponía la Verde, incluso en una ocasión jugó con la clavícula fracturada. Es el tipo de futbolistas que requiere el combinado boliviano.
DISTANCIAMIENTO
En Goainia se observó un distanciamiento entre el DT y los jugadores Juan Carlos Arce y Marcelo Martins, quienes se molestaron tras sus cambios en los partidos ante Venezue-la y Chile por las Eliminatorias Catar 2022.
“No he venido a sentarme para mirar el partido”, “Quiero y puedo jugar”, “Profe, yo no he pedido que me cambie, le hi-ce la seña de que estoy bien”, “Estoy para jugar”, fueron las frases que dijeron cuando abandonaron el campo de juego.
Ante estas reacciones, el técnico les recomienda a los más jóvenes trabajar y dar el máximo de su capacidad y esfuerzo para llegar a ser más grandes, con humildad y respetando a los compañeros.
Muchos dicen que es un vende humo, pero Farías en la interna es un peleador y obstinado porque las cosas se ha-gan a la perfección, a quienes no responden les pide poner actitud y ganas para que todo salga bien y mejoren, sin gritos ni reproches como muchos ex entrenadores de la Selección lo hacían cuando algún jugador joven cometía un error.
Las reflexiones fuertes no están exentas cuando en reiteradas repeticiones persiste la falla.
“Cuál es la entrega de ustedes, jueguen, pueden, no digan que no sale una jugada. Tienen que concentrarse y hacer en la cancha lo que se aprende en los entrenamientos”, son los encargos permanentes que se escuchan en las prácticas.
PEDIDO ESPECIAL
Antes de cada partido o en el intermedio, Farías con el sentimiento de un padre les pide a los jugadores: “Den la vida por la patria, den la vida por la selección, por los colores que defienden. Vamos!!! Ustedes pueden”.
En una ocasión, con lágrimas en los ojos, les pidió que en la cancha hagan lo que entrenan. “Estamos mucho tiempo con ustedes, sin ver a nuestras familias, eso nos duele a todos y por qué no podemos darle una alegría a este país que está golpeado por la pandemia y sufre mucho por tanto problema que tiene. Ustedes les van a hacer olvidar todos los problemas que viven, les van a dar alegría, cariño a los once millones de bolivianos que están esperando mucho de ustedes”.
En los últimos partidos de la Copa América, les recomendó a todos, en particular a los jóvenes que debutaron: “Vayan, salgan, jueguen, no se achiquen, los rivales son como ustedes, son también seres humanos, ustedes no son más ni menos que ellos. Todos somos iguales y tengo fe en cada uno”.
Sin embargo, el venezolano tiene también cosas negativas, que no son notorias pero trascienden al interior del grupo. Cuando algo sale mal, reniega y se aleja a un costado, medita y vuelve al trabajo. Rara vez levanta la voz para una llamada de atención.
Conoce el interior del equipo nacional
Muchas veces lo que se dice o hace dentro el vestuario no sale a la luz por una cuestión de códigos, pero hay cosas que no se pueden guardar en defensa del grupo conforma-do por más de 56 personas entre jugadores, cuerpo técnico, administrativos y dirigentes.
POR SANGRE JOVEN
En la última sesión, César Farías sintió que algunos futbo-listas estaban con pocas ganas de formar parte del equipo titular y sin vuelta convocó a aquellos que tenían hambre de triunfar y ansiedad por ganarle al equipo de Lionel Mes-si.
Quienes lo conocen afirman que Farías no es la persona de rogar ni forzar la inclusión de un jugador en el equipo, para él no hay imprescindibles ni insustituibles. Si ve que un futbolista experimentado que no está con ganas, pone a un joven, sin rodeos ni miedo.
Recordaron al capitán Ronald Raldes, quien jugaba alma, vida y corazón cuando se ponía la Verde, incluso en una ocasión jugó con la clavícula fracturada. Es el tipo de futbolistas que requiere el combinado boliviano.
DISTANCIAMIENTO
En Goainia se observó un distanciamiento entre el DT y los jugadores Juan Carlos Arce y Marcelo Martins, quienes se molestaron tras sus cambios en los partidos ante Venezue-la y Chile por las Eliminatorias Catar 2022.
“No he venido a sentarme para mirar el partido”, “Quiero y puedo jugar”, “Profe, yo no he pedido que me cambie, le hi-ce la seña de que estoy bien”, “Estoy para jugar”, fueron las frases que dijeron cuando abandonaron el campo de juego.
Ante estas reacciones, el técnico les recomienda a los más jóvenes trabajar y dar el máximo de su capacidad y esfuerzo para llegar a ser más grandes, con humildad y respetando a los compañeros.
Muchos dicen que es un vende humo, pero Farías en la interna es un peleador y obstinado porque las cosas se ha-gan a la perfección, a quienes no responden les pide poner actitud y ganas para que todo salga bien y mejoren, sin gritos ni reproches como muchos ex entrenadores de la Selección lo hacían cuando algún jugador joven cometía un error.
Las reflexiones fuertes no están exentas cuando en reiteradas repeticiones persiste la falla.
“Cuál es la entrega de ustedes, jueguen, pueden, no digan que no sale una jugada. Tienen que concentrarse y hacer en la cancha lo que se aprende en los entrenamientos”, son los encargos permanentes que se escuchan en las prácticas.
PEDIDO ESPECIAL
Antes de cada partido o en el intermedio, Farías con el sentimiento de un padre les pide a los jugadores: “Den la vida por la patria, den la vida por la selección, por los colores que defienden. Vamos!!! Ustedes pueden”.
En una ocasión, con lágrimas en los ojos, les pidió que en la cancha hagan lo que entrenan. “Estamos mucho tiempo con ustedes, sin ver a nuestras familias, eso nos duele a todos y por qué no podemos darle una alegría a este país que está golpeado por la pandemia y sufre mucho por tanto problema que tiene. Ustedes les van a hacer olvidar todos los problemas que viven, les van a dar alegría, cariño a los once millones de bolivianos que están esperando mucho de ustedes”.
En los últimos partidos de la Copa América, les recomendó a todos, en particular a los jóvenes que debutaron: “Vayan, salgan, jueguen, no se achiquen, los rivales son como ustedes, son también seres humanos, ustedes no son más ni menos que ellos. Todos somos iguales y tengo fe en cada uno”.
Sin embargo, el venezolano tiene también cosas negativas, que no son notorias pero trascienden al interior del grupo. Cuando algo sale mal, reniega y se aleja a un costado, medita y vuelve al trabajo. Rara vez levanta la voz para una llamada de atención.