Por Antonio Farías Gonzalez
La noche paceña sería millonaria en los papeles, según todos los comentarios previos ante la grandeza histórica y, sobre todo, el presente ganador y arrasador de River Plate, que llegaba con seis victorias al hilo sin recibir ningún gol, una defensa rocosa, un mediocampo pletórico de fútbol y una delantera temible.
La envergadura del rival pinta de cuerpo entero la actualidad de este The Strongest dirigido por Ismael Rescalvo, puntero e invicto en el torneo de primera división.
La estantería riverplatense se derrumbó con el gol de la apertura anotado por Enrique Triverio desde el punto penal, y terminó hecha polvo con la segunda y tercera conquista.
En cincuenta minutos el Tigre de La Paz había conseguido una diferencia inalcanzable en el marcador, aunque el trámite fue parejo e inclusive, favorable a los visitantes hasta los veinte minutos, con una opción muy clara al minuto de iniciado el cotejo en el cabezazo de Enzo Díaz, que Viscarra con una atajada monumental, envió al tiro de esquina.
Viscarra está pasando un momento excepcional. Artífice de los triunfos atigrados, con una presencia sólida y transmitiendo confianza al resto del equipo en cada intervención.
Arrascaita ha recuperado su nivel y le ha agregado una inteligencia táctica llamativa, en un ida y vuelta constante, metiendo pierna fuerte, marcando, totalmente adaptado a la idea del entrenador.
“Quique” Triverio es el ariete goleador que también juega, mueve bien el balón y se mueve con criterio en la cancha. Provocó el penal, anotó el segundo y estuvo cerca dos veces de vulnerar al arquero Armani.
El déficit de los aurinegros pasa por producir de visitante tanto como genera de local, dejar lo temores y asumir mayores riesgos sin perder el equilibrio.
La mejora debía darse de inmediato ante el desafío de Fluminense que lo esperaba en Río de Janeiro con todas sus estrellas.
TIGRE COMBATIVO EN EL MARACANÁ.
Los nombres gigantes del Fluminense preocupaban. Marcelo, Ganso, Felipe Melo y otros. No sólo los nombres sino también el presente de un equipo ganador, con un fútbol de alto nivel. El estadio Maracaná de Río de Janeiro se veía imponente, casi lleno con hinchas cariocas que aguardaban un triunfo fácil.
The Strongest lo esperó con las líneas escalonadas, ordenado y simple. Hizo presión alta cuando pudo y cuando se vio obligado a defender fue eficiente.
El ataque machacón y pulcro del local tuvo su premio con el gol de Nino, pero fue ahí donde este equipo atigrado de Ismael Rescalvo mostró una de sus mayores virtudes: serenidad para mantener la línea pese al marcador negativo.
El segundo tiempo inició con un The Strongest respondón que salió a pelear el medio campo y a tener la pelota. Solucionó el tema de los ataques rivales con una coordinación notable de la defensa, con un desfase en el sector izquierdo dónde marcaba Roca, que fue superado una y otra vez por el colombiano Arias.
Viscarra tuvo, nuevamente , una noche notable, evitando tres veces el grito de gol de los brasileños.
El uruguayo Castillo estuvo impecable, cruzando con sentido preciso hacia los costados, enfrentando mano a mano a los delanteros y despejando todo por arriba.
El colombiano Robles jugó un gran partido, conteniendo en el medio, metiéndose entre los centrales para tapar huecos en la última línea, barriendo a las espaldas cuando fue necesario.
Y un destacado Triverio, que contó con pocas chances para convertir, pero que con esfuerzo redoblado se anotó como una de las figuras del Tigre.
El entrenador español está demostrando capacidad para armar un equipo competitivo, solidario, de ayudas mutuas y que intenta siempre enfrentar de igual a igual aunque el adversario se llame Fluminense.
El Tigre va por buen camino, se sabe a lo que juega, tiene una línea definida y futbolistas con experiencia. Siembra una semilla de optimismo esta performance ante los cariocas: Fue combativo en el mítico Maracaná.