HUGO PEREZ ELIAS, BRILLANTE DEFENSOR DE WILSTERMANN Y LAS SELECCIONES NACIONALES, TIENE NUEVA VIDA. ES UN HOMBRE DE FE TRAS ESTAR CERCA DE LA MUERTE.
POR EDGAR TEJERINA – FOTOS DIEGO CARTEGENA PEREDO
POCAS PERSONAS TRANSMITEN FE rápidamente, hacen que tiemble el ser de extremo a extremo y tras dialogar, se siente una paz total, una paz absoluta.
Pasó eso con Hugo Pérez Elías, el exjugador de clubes cochabambinos y la selección nacional que no se cansa en agradecer al Supremo. “Estoy vivo gracias al milagro de Dios”. Y es que Hugo salió victorioso de una enfermedad respiratoria por una complicada neumonía y la gripe AH1N1.
Por la cuarentena obligada por la presencia del mortal Coronavirus-19 no pudimos tomarnos un café en BecCafé del Banco Económico, pero si lo hicimos en el acogedor calor de su departamento en el edificio «Presidente Tejada» en Cochabamba, que construyeron sus hijos, que siguen los pasos del padre. «No, no soy ingeniero ni arquitecto, soy abogado. Mi padre que también se llamaba Hugo me transmitió sus genes. Él si estaba ligado a construir caminos en el país como el tramo Curumba-Santa Cruz y la carretera al Chapare en los proyectos 1 y 4».
Pérez estuvo internado 50 días en una clínica habiendo ingresado a terapia intensiva. La monolítica fuerza de su familia (esposa, hijos, nueras y nietos) venció en base a fe y oraciones y el apoyo de iglesias amigas que se hallan desparramadas en todo el país.
Y es que Hugo, un buen amigo y mejor persona merecía el favor de Dios para seguir apoyando a la gente necesitada y apoyar los planes de sus tres hijos, que llevan no solo su sangre, sino su pasión por el deporte. «Pasó ese difícil momento, siento que tengo mucho que hacer aún por nuestra gente, nuestro país y mi Wilstermann».
CERCA DE SALAMANCA
Hugo se siente muy bendecido y agradecido con la vida. Estudiaba abogacía internacional en España en la Universidad Complutense de Madrid, y allí ya mostró sus condiciones de buen marcador central. Estuvo cerca de fichar por el Club Salamanca.
«Tenía junto a mi, a mi hermano menor Mario que era escritor. Se enfermó, estuvo muy delicado y me tuve que volver con él, además la vida era cara, carísima». Hizo maletas y se esfumó esa posibilidad.
Recuerda que en el país se vivían momentos políticos difíciles, pero él ya se mostró como un hombre de servicio.
PROFETA EN SU TIERRA
A su retorno al país, Hugo siguió su carrera universitaria y deportiva. Jugó en Bata en 1968 y al año siguiente fue campeón, En 1971 pasó a Wilstermann y estuvo seis años habiendo logrado varios títulos.
«Volví de Brasil donde acudí a jugar con el seleccionado nacional un torneo, recuerdo empatamos con Yugoslavia. Me sorprendió que el técnico Saldaña me había inscrito para jugar en Blooming. No pude ir por razones de estudio, pues la Universidad San Simón cubría mis estudios».
FUERTE Y VITALIZADO
Hugo, la cabeza del hogar, donde sus tres hijos ya están casados y le dieron varios nietos, no descansa. Hoy en cuarentena en casa, alista «un gran proyecto» que con su hijo Michel llevará adelante tras derrotar al Covid-19.
«Michel es ingeniero civil, estuvo trabajando en Estados Unidos. Lo visité y vi que estaba muy atareado. El tiempo es oro y no quieres ser tú el jefe de tus ingresos, le dije invitándole a volver al país».
Michel, el hijo mayor de Hugo decidió quedarse en el país del Norte, pero tiempo después tentado por los planes del papá decidió retornar y él concluyó la construcción del Centro Comercial Hupermall.
«Mi salud a mejorado, estoy aún en recuperación. Tengo el buen cuidado de mi esposa, una buena alimentación y leo cada día la biblia, un magnífico libro que toda persona debería tener como alimento diario».
El otrora buen y elegante defensor, recupera su peso. Mejoró su tono de voz. «Recuerdo vagamente mi tiempo en terapia intensiva, es duro y difícil. Sentí la preocupación de mi esposa e hijos, pero también sentí sus oraciones y la energía positiva que me transmitían. Es duro estar en terapia intensiva».
Su voz se entrecorta, le vienen recuerdos a la memoria y valora hoy como nunca cada minuto de su vida. «Estar en coma inducido, no le deseo a nadie».
Hugo pasó su cumpleaños 71 (4 de ju-lio de 1948) en terapia intensiva. Lo rodearon su esposa, hijos, nueras y nietos. Aguarda que el cumpleaños 72 lo festeje totalmente recuperado y reiterando a Dios su agradecimiento por esta nueva oportunidad que le brindo.
La Iglesia Adventista desató una cadena de oración que traspasó nuestras fronteras, pidiendo por la vida de este hombre de grande fe y amor por su familia y el prójimo.
WILSTERMANN, SU GRAN AMOR
Hugo lleva tatuado en la piel el escudo de su equipo: Wilstermann. Está orgulloso de haber vestido sus colores y que sus hijos también en su tiempo siguieron la huella. «Quiero que Wilstermann sea un verdadero ejemplo de formación de nuevos valores. Este club debe ser parte de la vida de todo cochabambino».
Él se compromete a formar pronto una comisión con gente del fútbol local y nacional, el Gobierno y las instituciones privadas que deseen sumarse al proyecto para traer formadores de talentos de Brasil y Argentina. «Estoy trabajando en el proyecto».
«Bolivia Nueva» se denomina al proyecto de Hugo Pérez, que quiere formar jugadores en las categorías de 14 y 18 años.
En China, hace referencia, en rescatar talentos invierten 60 mil dólares al año. Pérez quiere hacer algo similar en el país para luego ofrecer al fútbol boliviano nuevos valores con talento, con visión de futuro.
«Wilstermann tiene que ser grande, tiene que crecer en lo institucional y necesita de una verdadera escuela. Hablaré con la dirigencia y apoyaremos este plan».
Hugo Pérez Elías, nunca tuvo una despedida oficial del equipo que formó parte de su vida. «No, no me gusta sobresalir, creo que lo que más hubo en mi tiempo fue amor al deporte, lo que ya no existe en estos tiempos. Bueno, fueron otros dirán muchos, pero primaba mucho entonces la humildad y el amor a un club, y a sus colores.
Fuerte, ya pisando el balón, Hugo está recuperando poco a poco su fuerza física, mientras la fuerza de su fe acrecentada en el amor de Dios la transmite a los hombres.
«GRACIAS A DIOS
ESTOY VIVO»
La tormenta pasó. “Sentir la presencia de Dios te da mucha paz, es él quien guía todo esto y te señala lo que debes hacer».
Hugo considera que está en la tierra para cumplir muchas misiones aún. «Aprendí en poco tiempo del amor de Dios, su presencia es algo que llegas a palpar. Yo le pedí morir, pidiendo la paz que necesitaba. Hoy todo cambió y soy un hombre de fe y amor. «Pensaron que me volví loco y hasta llevaron a un psiquiatra, me amarraron para que no me levante”.
Hugo sintió el pleno amor de su familia. Todos lucharon por su vida y hoy están felices.
TALENTOSA SUB 23
PÉREZ PIDE QUE ESTE JÓVEN GRUPO DE FUTBOLISTAS DEBERÍA TENER LA OPORTUNIDAD DE JUGAR LA ELIMINATORIA.
Elegante y buen jugador de nuestra selección nacional en la década de los años 70, Hugo Pérez ve con buenos ojos al seleccionado Sub 23 que tuvo un buen papel en el reciente torneo Preolímpico.
Insiste en guardar las distancias con las selecciones de su tiempo. «Me gusta mucho este grupo de la Sub 23. Vi muchos jugadores con talento, y lo expusieron en varios de los compromisos que los seguí.
Pérez Elías, fue un defensor que brilló en el Deportivo Bata, su querido Wilstermann y selecciones nacionales. «Los talentos también se hacen y no solo se nacen».
Del actual seleccionado afirma que no está acorde a los equipos del 63 o el 94.
Recuerda con mucho cariño y respeto la calidad de jugadores como Erwin «Chichi» Romero y Víctor Agustín Ugarte, que mostraron su calidad no solo en el fútbol nuestro, sino también en el exterior.
«Oso» García, «Nene» Vargas, Willy Camacho, Renán López, «Tutula» Alcócer y Limbert Cabrera, otros jugadores que pasaron por las filas del equipo «verde», se hacen merecedores de grandes elogios de este espigado cochabambino que comenzó llevando la camiseta 2 y luego la 3 en los equipos vallunos que jugó.
Insiste Pérez en que este grupo de jóvenes jugadores deben tener continuidad y respaldo de la Federación Boliviana de Fútbol y que deben merecer una pronta oportunidad jugando la eliminatoria mundialista, cuando se vuelva a la actividad futbolera en el mundo.
En su concepto, el seleccionado del 94 tenía dos equipos y destaca a Baldivieso, Sánchez, Melgar, Soria, Borja y Ramallo.
Pérez reclama que todos los clubes deberían apuntar mucho más a trabajar con divisiones menores, ya que eso es inversión y no gasto.
«Wilstermann apuntará a ello, ya que tenemos jugadores que con un adecuado pulido, serán otra vez lo que siempre fueron los jugadores cochabambinos en cualquier equipo del fútbol nacional».