Por Antonio Farías González
En una temporada llena de obstáculos, tropiezos y equivocaciones, además de altibajos en lo de-portivo, empató con Always Ready y se coronó campeón del torneo de Liga.
The Strongest puede celebrar nuevamente un tí-tulo de campeón, después de siete años de se-quía, en una temporada llena de obstáculos y tropiezos provocados por la permanente desor-ganización del balompié nacional, y también por los desaciertos y divisiones de la propia dirigen-cia atigrada, que sumieron al club en una crisis institucional de envergadura , y a la plantilla en una incertidumbre por recesos e incumplimien-tos que amenazaron con impedir que el Tigre disfrute otra vez de una vuelta olímpica.
TRITURADORA DE TÉCNICOS
La inestabilidad en la dirección técnica fue un signo a su vez de la incapacidad de los dirigentes para elegir al reemplazante del español Ismael Rescalvo, de importante labor hasta que dejó su función para ir a dirigir a México, con equivoca-ciones en la elección de Claudio Biaggio y el por-tugués Formosinho que le hicieron mucho mal a la trayectoria del equipo durante el campeonato.
La solución estaba en casa: Pablo Cabanillas, pa-ceño, entrenador de la reserva y asistente técnico permanente, fue nombrado para la recta final y no defraudó, terminó dándole al club una estre-lla más en su larga historia de éxitos.
Los jugadores respaldaron al entrenador y este fue inteligente al adoptar un perfil bajo, sin grandes declaraciones , más bien parco, y darse cuenta que la clave no estaba en usar el látigo ni la imposición, simplemente acompañar en procu-ra del objetivo que finalmente se logró.
LAS FIGURAS
The Strongest asentó sus esperanzas en la segu-ridad que mostró Billy Viscarra en el arco, creci-do como portero desde su incursión en la insti-tución aurinegra. Atajó de forma espectacular en momentos cruciales, cuando la defensa otorgaba ventajas que podían terminar en goles para el ri-val.
Viscarra se erigió no solamente como gran valor del Tigre sino también del campeonato de prime-ra división.
En el medio campo tuvo a un talentoso y genero-so – por su despliegue – Jaime Arrascaita, rueda de auxilio para todas las líneas, marcando, de-fendiendo, atacando, asistiendo y definiendo.
Arrascaita tuvo un socio ideal en el colombiano Michael Ortega, intermitente pero valioso y de-terminante en la gran mayoría de cotejos sacan-do al equipo de las tinieblas futbolísticas con destellos de juego habilidoso y desequilibrante. Se sumó a estos el mexicano López, con su toque cansino para darle seguridad en el toque y ex-tender la posesión cuando fuera necesario. He aquí dos aciertos de Cabanillas: confirmar a Ló-pez y Ortega como titulares, ya que no lo eran con los técnicos anteriores.
Y en el ataque hay que mencionar con honores a la máxima figura del campeón, Enrique Triverio, que con su sola presencia en la cancha influyó en compañeros y rivales. Goleador de estirpe, pero también buen jugador ya que con la pelota, sin ser un dotado, se defiende con creces.
EL PARTIDO DEL CAMPEONATO.
El equipo gualdinegro requería sólo un punto pa-ra salir campeón. Al frente estaba Always Ready al cual solo le servía la victoria.
Con su esquema habitual de 4-2-3-1, sin Triverio por expulsión en el cotejo anterior, The Strongest trató de hacer pesar su mayor experiencia en la cancha, pero se encontró con un equipo millona-rio rápido y respondón. Aún así Quiroga abrió el marcador con un cabezazo bien dirigido y las puertas del título se abrieron de par en par.
Ahí Strongest replegó un poco y dejó venir a los millonarios que, sin embargo , carecieron de la profundidad suficiente para hacer daño. Sola-mente en una jugada de ataque, Dorny Romero tuvo la opción de empatar, pero una gran inter-vención de Viscarra lo impidió.
Romero , más tarde ya en la segunda etapa, anti-cipando a Jusino, logró conectar de cabeza y ano-tar el gol del empate.
Always intentó continuar presionando, embalado por el gol y la presencia de un futbolista muy jo-ven – apenas 16 años – de grandes condiciones y con futuro en Europa como Moisés Paniagua.
Pero no alcanzó este golpe anímico para que los albirrojos lograrán el tanto de la victoria , pero su entusiasmo careció de potencia ofensiva.
Se fue expulsado Wayar por doble amonestación en el Tigre, y Medina por falta fuerte en Always, hasta que el final del partido encontró a los equi-pos en la disputa ardua del balón , característica del encuentro escenificado en el Hernando Siles , con el eco de los petardos y los hurras que llena-ban el aire miraflorino, avisando que había nue-vo campeón en el fútbol boliviano.