Tras ganar su sexto título en Bolivia, tuvo en vilo a la comunidad «santa» y había decidió con el corazón para encarar un 2019 con deseos de “redoblar la apuesta”.
Cuando unos minutos después de haber concluido el partido, Eduardo Villegas se quedó parado al borde del campo de juego, volvió a la tribuna, se inclinó y lloró, mientras unos miles de corazones «santos» aumentaron sus latidos por un par de segundos. Con la piel rozagante de emociones por el título logrado, el técnico era el centro de atención de la prensa deportiva nacional. Villegas dejó la modestia y aseguró ser el mejor director técnico de Bolivia. Lo que todos sabemos, pues tiene seis títulos en la primera división del fútbol boliviano, y la noche del miércoles 19 de diciembre logró ganar la copa del torneo Clausura 2018 dirigiendo a San José. Y como es un hombre educado y respetuoso, no quería obviarlo. Cerró así una saga de tres días cargados de ansiedad y adrenalina para los hinchas de San José, que fueron testigos de una final infartante, pasando por una sensación especial por la constante preocupación económica. Una saga de tres días que mostró a un Eduardo Villegas auténtico en actos y palabras, no se salió del bajo perfíl.
LA PERSONA
“Soy reflexivo y frío”, se describió en el encuentro con la prensa en el gramado del «Bermúdez» y una lluvia que no cesó en la recta final del partido. Eduardo se expuso abierto y genuino, confesando lo que fue sintiendo en esos días, en un ejercicio que lo distingue del resto. Siempre son buenas sus comparecencias públicas, pero esta última resultó particularmente especial, como si el hecho de haber mantenido en estado de vigilia a la feligresía «santa» durante unos días lo hiciera sentir especial. Entonces se mostró desnudo, transparente, más introspectivo que nunca. Por ese motivo, pidió perdón a su manera: “Creo que soy el mejor, y no necesito de padrinos para llegar a la selección”, señaló, conocedor de la exaltación que provocaría en los hinchas, que por sus palabras pedía dirigir la verde. Siempre se lo dijeron, pero Villegas se mantuvo con un perfil bajo y tratando de no aplaudirse solo. «Mejor lo resumo, creo que soy el mejor», dijo el cochabambino, que tuvo un momento de estrés después del pitazo final manteniéndose firme al borde del campo de juego y recibir un abrazo de su esposa Tatiana, que también sufrió en la final.z
«LLEGAR A LA SELECCIÓN NACIONAL SERÁ POR MÉRITO Y NO PADRINO ALGUNO. EN ESTE MOMENTO ME CONSIDERO EL MEJOR TÉCNICO»
EDUARDO VILLEGAS / DT de San José
“En estos días pude percibir el enorme cariño de la gente de San José, que ya lo conocía”, resaltó, y al mismo tiempo aclaró, porque se dio cuenta de que, sin querer, había generado un terremoto emocional entre los hinchas que tanto lo admiran. Villegas jugó en San José y fue su DT en 2003. De allí el origen de una buena química. He tenido la suerte de compartir con el entrenador cochabambino durante más de una década donde conocí poco a poco su biografía. Una de sus características más salientes es que jamás se la creyó. Tiene los pies bien puestitos sobre la tierra. No es fácil, en esta jungla enloquecida que endiosa y aplasta con excesiva facilidad. Es difícil alcanzar esa claridad de espíritu y de ideas.
Ante nuestro requerimiento, Eduardo accedió con sencillez y respeto, siempre mirando a los ojos, con una sonrisa, y escuchando lo que le decía el interlocutor. “Gracias a Dios me tomé estos días para reflexionar, sino posiblemente hubiera cometido un error, hubiera dicho que no seguía –admitió-; me quedo porque me lo dicta el corazón. Se generó un vínculo muy fuerte, con la dirigencia, con Martínez, con la gente, pero sobre todo en el compromiso que tengo con la institución”, había dicho. El compromiso no era el año de contrato, porque tanto Eduardo como Wilson sabían que lo podían cortar al llamado de la selección y no hubo ningún reclamo ni conflicto. El compromiso fue más allá de un resultado.
El compromiso era potenciar a San José para la Libertadores. Wilson Martínez había sintonizado de entrada con Villegas. Lo valora no solo por su capacidad profesional, sino que también lo aprecia por sus virtudes humanas y por lo mucho que hizo en el complejo de Vinto. La frecuente charla íntima que mantuvieron Wilson y Eduardo, en la parte final de la Copa Clausura, prometía un gran plan 2019. Que la relación entre el DT y el presidente sea tan fuerte, en lo humano y en lo profesional, fue sin dudas, uno de los motivos por los que Villegas había decidió continuar en el cargo. Sin secretos ni especulaciones. Se podrá equivocar, será obsesivo, apretará las clavijas de sus colaboradores y de sus futbolistas, pero nunca se lo podrá acusar de no ser frontal o de andar con vueltas. Muchos de los jugadores se identificaron con él, otros no, como el colombiano Reinoso que decidió partir al Tigre, el DT no fue rencoroso y le deseó suerte: “No hay ningún problema, Jair, tú eras un ídolo del club y yo no te voy a cerrar la puerta de salida”.
EL TÉCNICO
Para determinar el lugar que ocupa Eduardo Villegas en la historia de los entrenadores del país hay que considerar diferentes ítems. Y también es imprescindible la perspectiva que da el tiempo. La historia empezó en la década de los 70. Ganó 6 campeonatos disputados entre 1977 y 2018, en tiempos en que se jugaba dos torneos anuales, todos contra todos y a dos rondas. En un recuadro de un podio de los entrenadores más exitosos, con sus períodos, conquistas, máximos logros y cuentas pendientes. Villegas hoy está primero en la tabla de los hombres que más vueltas olímpicas dieron en el profesionalismo. En 2006 ganó con Universitario de Sucre, en 2010 le dio el cetro de Wilstermann, con The Strongest ganó tres títulos. En 2012 el Apertura y Clausura, y un año después el Apertura. Y este con San José en 2018
Lo que asombra de Villegas es que todo lo consiguió en muy poco tiempo. Sus equipos han dado sobradísimas muestras de carácter, compromiso, humildad y todo sostenido en un pilar: la familia. Siempre se anhela lo que no se tiene. San José desplegó un fútbol de entrega admirable, es su sello distintivo pero, salvo contadas excepciones, fue un equipo que no aflojaba en las bravas. Tras un arranque de ciclo auspicioso, las “gladiadores” de «Villeguitas» se sostuvieron en la personalidad, en la búsqueda de protagonismo, con un fútbol químicamente puro. El DT lo sabía más que nadie: San José fue una verdadera familia. Ganar en la Libertadores y buscar el «bi» en el ámbito doméstico eran los objetivos que Villegas se planteaba de cara a 2019, después de recargar las pilas durante las fiestas de fin de año.
Lo llamativo de el último semestre de 2018 fue que con sueldos pendientes de pago, el grupo siguió aún jugando muy bien. A pesar de todo eso, el San José de Villegas levantó la Copa que se definió en el último partido con un gran rival: Royal Pari. Fue un mérito grande, sin dudas. “Me gustan los desafíos, me hacen sentir vivo –expresó-. No tiene sentido estar por estar en un lugar. Si me quedo, es para redoblar apuestas”. Al DT cochabambino no le gusta mirar para atrás. Lo manifestó claramente cuando hablamos en la reunión familiar en Cochabamba, en la casa de Oscar, y sostiene ese pensamiento en cuanto a su tarea profesional. Si en algún momento pensó en irse de San José, no fue para no arriesgar el estatus conseguido. No se pone a pensar en lo que ganó. No es su estilo. Él lleva el cuentakilómetros a cero y mira para adelante, y su ambición por ganar lo estimula. En 2018 Villegas tenía Copa Libertadores, y trabajó en Cochabamba con el presidente Martínez en la llegada de unos y la salidas de pocos.
Semejante desafío internacional, jugar contra el Flamengo de Brasil por ejemplo, Peñarol de Uruguay o la Liga Deportiva Universitaria de Ecuador, terminaron también sumando muchísimo para que el DT se inclinara por quedarse. No hay que olvidarse de que Villegas sabe muchísimo más de fútbol que el 95% de los hinchas y de los periodistas (aunque se puede equivocar, por supuesto) y que tiene a los jugadores todos los días de la semana. Ve demasiadas cosas que el aficionado común, no. “Voy a seguir un año más”, había avisado Villegas tras el acuerdo con Martínez a poco de empezar el 2019, y aunque la palabra clave para todos era “seguir”, al mismo tiempo puso un límite. Como para que no le metan presión alertó, «si hay un llamado de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) debo acudir, es un sueño y asignatura pendiente en mi carrera», sostuvo Villegas tras conocer su convocatoria. La FBF pateó el tablero «santo».