Se cerró la 38ª edición del Zúrich Maratón de Sevilla que congregó a 12.000 corredores, alcanzando cifras previas a la pandemia de la Covid-19. Una cita en la que, además, el 37% de los participantes fueron extranjeros.
En medio de los miles de atletas a un costado de la meta festejaba una pareja envuelta en una tricolor. Eran los bolivianos Héctor Garibay y Nemia Coca, atleta y entrenadora. Festejan tras su ingreso en el puesto 13, no solo su clasificación a los Juegos Olímpicos de París, sino también haber roto su récord que lo tenía desde el pasado año.
Mientras la atención general se llevaban los atletas Gadisa Shumie y Jackline Chelal que reinaron en el 38ª Zúrich Maratón de Sevilla. El etíope, con un tiempo de 2:04:59, logró la mejor marca mundial del año y se queda muy cerca del récord de la prueba; Meritxell Soler, enorme, consigue las mínimas mundial y olímpica en su debut en maratón (2:26:37)
«Nunca defrauda y siempre sorprende, como si de un mago se tratara», dice la diminuta entrenadora de Garibay. Ambos confundidos no solo en abrazos, sino también el lágrimas de felicidad.
El Maratón de Sevilla, ha regalado otra edición para la historia. No por usual deja de ser noticioso y llamativo. Porque esta carrera siempre se supera a sí misma. Un espectáculo de principio a fin, con la chincheta clavada en el Paseo de las Delicias como comienzo y punto final del recorrido, ese estadio efímero de 42.195 metros, que ha acogido a más de 12.000 atletas y a un elenco de 200 cualificados profesionales entre hombres y mujeres entre quienes han sobresalido cuatro nombres propios: Gadisa Birhanu Shumie, Jackline Chelal, Ibrahim Chakir y Meritxell Soler. Un cuarteto de corredores que, tras un esfuerzo titánico, han inscrito sus nombres con letras de oro en la prueba hispalense este 19 de febrero, un día que jamás olvidarán.
DESDE ORURO
Nemia, que fuera atleta en su natal Oruro donde se vive el más grande majestuoso carnaval del mundo, recordará siempre su paso por Sevilla. Razones hay muchas, debido a que emprendieron un largo viaje para venir a España y donde sus autoridades regionales le asistieron con apoyo y no así las nacionales, las llamadas a ayudar en esta clase de competencias internacionales.
Lo recordará para siempre Nemia Coca, que estuvo sorprendida por la gran concurrencia, por la atención de los organizadores y los colegas atletas.
En la Plaza de España, fueron motivo de entrevistas. Ambos menudos, pero con gran fuerza, entusiasmo y querendones de su patria. «Vinimos con ayuda de nuestro gobernador que nos dio pasajes aéreos, hospedaje y alimentación», dice Nemia al referirse que no siempre existe el apoyo oportuno de sus autoridades. El Comié Olímpico Boliviano (COB) el organismo regional más grande que aglutina a todos los deportes, no pudo anticiparle un desembolso que le asiste cada trimestre denominada Beca Solidaria que se otorga a los llamados deportistas de élite y que asciende a los 750 dólares. «No pudieron adelantarnos debido a que los demás deportistas no presentaron sus papeles».
Héctor Garibay a partir de este logro escribe definitivamente otra gran etapa en su carrera deportiva, fijándose nuevas posiciones. «Yo quiero mucho a mi Bolivia y por ello decidí no migrar a otro país», dice el atleta que fue tentado para vestir otros colores en competencias atléticas internacionales. Solo los dos forman su equipo, mientras otros atletas disponen de un grupo multidisciplinario.
En las dos últimas rectas, tras dejar atrás la Universidad de Sevilla antes de enfilar el Parque de María Luisa, parecieron pesarle, pero aun así se impuso con un tiempo espectacular para superar su propia marca que ya es reconocida por la Federación Atlética de Bolivia (FAB).
Al cruzar el arco del Paseo de las Delicias el boliviano Garibay, de gran antecedente en su país, se sentía cómodo y seguro de ganar el pasaporte a los Juegos Olímpicos de París. «Debo iniciar una etapa más seria de trabajo, veré de conseguir más ayuda para entrenar más y mejor con la mira en hacer un buen papel el París».
El World Ranking lo registro oficialmente por clasificarse para los Juegos Olímpicos de París. El sueño del boliviano fue logrado con creces, ahora le toca tomar la posta a sus autoridades.