A la renovada Selección nacional le hizo bien el golpe de timón. La clave es que se respete el proceso
Por Roberto Aguirre Durán
Tres triunfos consecutivos fueron la mejor carta de presentación para el nuevo ciclo en La Verde, confiado a Óscar Villegas Cámara al frente del cuerpo técnico. Llamó la atención la apuesta de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) por futbolistas con poco recorrido internacional y un nuevo escenario para los partidos de local. Pero el tiempo le fue dando la razón.
Los triunfos sobre Venezuela, Chile y Colombia entusiasmaron a la hinchada, al extremo que la previsible derrota de visitante ante los campeones mundiales estuvo lejos de enfriar los ánimos. Pero ojo, tampoco hay que caer en el exitismo. Más que nunca, hay que acompañar paso a paso la andadura de esta nueva Selección.
Hay que comenzar por reconocerle mérito a Villegas. Ha sabido lanzar un mensaje que fue bien recibido por los futbolistas, más allá de tener una buena relación con la mayoría a los cuáles ha dirigido, sea en selecciones menores, o en los clubes en los que coincidieron. Óscar también ha tenido aciertos en la convocatoria, tomando en cuenta a futbolistas que incluso habían sido dejados de lado por sus antecesores.
Aprovechar la altura, con sus ventajas en el rendimiento fisiológico y también en la siquis de los rivales, es una premisa que se le está dando, aderezada por el buen nivel de fútbol que ha conseguido obtener de un grupo en el que prima el hambre de gloria, en el que parece no haber espacio para el conformismo o para los agrandados.
Jóvenes promesas que se van consolidando en clubes nacionales y extranjeros son la base de este seleccionado boliviano que está dando que hablar en las Eliminatorias. Pese a su bajo promedio de edad, le está dando pelea a equipos con mayor tradición y que tienen la ventaja de tener a futbolistas que compiten en ligas europeas.
Falta mucho por jugar y por demostrar. En esta fase de revanchas que comienza, Bolivia puede adquirir un roce internacional y un nivel de juego que le permita aspirar no solamente a clasificar al próximo Mundial, sino principalmente a sentar las bases para un equipo que mire con entusiasmo al futuro inmediato.
Si se da la clasificación… bienvenida. Pero de no ser así, hay que considerar el notable kilometraje que están adquiriendo los integrantes de este grupo que dirige Villegas, que puede llegar en un punto máximo a las próximas Eliminatorias, para el Mundial de 2030. Porque en el fútbol en serio no se trata de ser resultadistas, o de pensar solamente a corto plazo.
La planificación para procesos —esos que pocas veces se respetan en el fútbol boliviano— es crucial.
Por eso, que este buen comienzo sea motivo de alegría, que sea esperanzador. Pero sin llegar al extremo de cargar una mochila demasiado pesada para un equipo al que hace apenas 4 fechas atrás ya se lo daba por eliminado, porque estaba en el fondo de la tabla de las Eliminatorias.
La Selección al mando de Óscar Villegas ha tenido un buen comienzo. Más allá de los resultados ante las selecciones de Ecuador de visitante y ante Paraguay en casa, queda camino por recorrer y motivos para ilusionarse. Con una clasificación al Mundial, ¿por què no? Pero no mirando solamente a la Copa FIFA de 2026 en Estados Unidos. Sino más allá también. La calidad y juventud de este seleccionado permiten soñar para muchos años… Ojalá se respete el bendito proceso. Alguna vez hay que hacer bien las cosas desde los mandos directivos. Para que en la cancha, los futbolistas sigan progresando y dando esas alegrías que tanto se extrañan en la competencia internacional.
- Jefe de Prensa Red Unitel