Por Erwin Quispe Perca
Haciendo todo con el corazón y con la mirada puesta a hacer historia. La Selección Boliviana de Talla Baja hizo historia en el Mundial de esta disciplina, la primera en hacerse en el Buenos Aires, Argentina. La Verde supo demostrar su buen juego llegando a los cuartos de final y demostrando que “querer es poder”.
Totalmente guerreros, los seleccionados a representar al país en esta rama del fútbol lo dieron todo en cada partido que jugaron. Conocedores de las muchas dificultades económicas, los futbolistas supieron hacerle frente al Mundial, donde fueron reconocidos con todos los aplausos.
Bolivia se presentó a este certamen con un grupo de jugadores, quienes ya se conocían por hacer historia en torneos anteriores, haciendo notar su amplio deseo de grandes logros.
La Federación Boliviana de Fútbol le brindó su apoyo en los entrenamientos y la indumentaria; el Gobierno nacional felicitó los pasajes para los jugadores, sin embargo, hubo otras necesidades más para los futbolistas, ya que ellos debieron pedir permiso en sus trabajos y además debían costearse todos los gastos de hospedaje, alimentación y demás en el Mundial.
Fue así que los residentes bolivianos en Argentina hicieron una campaña para ayudar a los deportistas en todo lo que puedan necesitar. El apoyo fue masivo.
“Agradecemos a la Embajada de Bolivia en Argentina, al Embajador Lic. Ramito Tapia Sainz por el incondicional apoyo durante los días de Mundial de Fútbol Talla Baja y más que todo por donar cajas de frutas, de productores bolivianos, para todas las delegaciones que estuvieron presentes en este gran evento”, manifestaron los jugadores nacionales.
Con todo ello, los bolivianos saltaron a la cancha para conseguir el objetivo de hacer historia, algo que sí se pudo hacer.
En el primer lance, jugado en el la cancha de salón de Malvinas Argentina, la selección boliviana dio una muestra de remontada al alcanzar el empate frente a Marruecos. El partido fue muy duro, ya que la Verde comenzó perdiendo 3 a 0 en el primer tiempo, pero se supo levantar el ánimo con los goles en el complemento. Así, fue celebrado como una victoria por los nacionales.
El segundo lance fue la muestra de buen juego y de gran despliegue de velocidad de los bolivianos. El rival fue Estados Unidos, una selección que peleó poco, pero fue más sometido ante los sudamericanos.
El resultado fue abultado, ya que se obtuvo un 6-1 contundente. Este marcador hizo que Bolivia asegurara la clasificación a los cuartos de final del Mundial, pero restaba un encuentro.
El lance que cerró la fase de grupos fue frente a Colombia, una selección que necesitaba de ganar para también pelear la clasificación. El resultado fue de 1-0 a favor de los colombianos.
“Es una derrota que duele, dimos todo, nos vamos muy tristes”, sostuvo el portero David Mamani entre lágrimas, dando a notar el esfuerzo y el corazón derrotado en el partido. Pese a esta declaración, Bolivia ya tenía el pase a los cuartos de final.
La pelea para el boleto a la semifinal fue contra Perú, donde los bolivianos no pudieron repetir el gran juego previo. Cayeron por 7-1, con lo que quedaron eliminados.
“Hay mucho dolor por la derrota, nos falta más entrenar y trabajar porque este no es el final. La mayoría somos jóvenes, sabemos que podemos dar más. Este es un inicio, estamos un poco cabizbajos, pero dimos todo hasta el último minuto”, dijo Andru Villarpando, uno de los jugadores más destacados de la selección.
De todas maneras, Bolivia dijo presente en su primer Mundial de Talla Baja, donde la misión en la próxima ocasiones es llegar más lejos y con mejor preparación. La misma comunidad boliviana los reconoció y los jugadores fueron homenajeados en su arribo al país.
LOS GLADEADORES
David Mamani, Jesús Moreno, Juan Pablo Seleme, Frikhman Moreira, Elio Huasco, Reyner Galean, Edwin Heredia, Rigoberto Choque, Rudy Rojas, Junior Moscoso, Lorenzo Ávalos, Aoki Pereyra, Andru Villarpardo y Reyli Valdivia.
Sergio Luis Uriburu (DT), Francisco Javer Ibarra (AT), Efraín Flores (AT), Reyna Reynaga (kinesióloga) y Olivia Ojopi (presidenta de la delegación).
EL BOCHORNO DE LA FINAL
La final del Mundial tuvo un desenlace de bochorno entre Argentina y Paraguay. El caos se desató después del tercer gol de la Argentina, que devino de una infracción producto de una supuesta mano. Las quejas del entrenador paraguayo hicieron que los jueces lo echaran y éste se reubicó en una de las gradas. Para ese entonces, el estadio era un hervidero y adentro del campo de juego ambos equipos habían llegado al límite de infracciones, pese a que aún faltaban cuatro minutos para el final del primer tiempo.
Cuando se intentaban reanudar las acciones, la hinchada albiceleste entonó “el que no salta es guaraní”, al tiempo que una botella cayó desde las gradas. Eso hizo que el técnico, quien recibió un escupitajo, se enfureciera e invadiera la cancha para pedirles a sus jugadores que abandonaran la final. Fue así que la delegación se marchó rumbo al vestuario, siendo apoyada por las selecciones de Brasil, Bolivia y Colombia que se encontraban viendo el partido.
Una de las acusaciones de los futbolistas fue dirigida a los árbitros, a quienes culpaban de haberles sumado una de las seis faltas. Por su parte, el jugador argentino Catriel Brassesco no ocultó su sorpresa: “No sabemos por qué el rival dejó de jugar. Creo que por culpa del arbitraje, según dijeron ellos”, de acuerdo a la información emitida por Infobae.
Así, Paraguay terminó abandonando la cancha y la organización determinó darle el título a Argentina entre aplausos y silbatinas.