HINCHAS ORUREÑOS NO DESCARTAN UNA DECLARATORIA DE QUIEBRA Y REFUNDAR EL EQUIPO «MINERO». TRIBUNAL DE HONOR PONE Y SACA PRESIDENTES EN EL CLUB.
EL PUEBLO ORUREÑO TEME LA CATÁSTROFE. Está ya cerca de su muerte por la asfixia fi-nanciera. San José, que fue saqueado por cuanto dirigente pasó tras la salida de Florencio Es-paña, dejó las arcas vacías, dejó que las deudas crecieran como bola de nieve.
En el último tiempo, tras entregar el mando del club a “empresarios”, comenzaron a saltar las deudas. Todos prometían, pero todos incumplieron la obligación de pagar el dinero prometido. La suma atrasada se eleva astronómicamente a millones de dólares.
Si no se llega pronto un “salvador” que llegue con dinero el club podría declararse en suspen-sión de pagos o en simple quiebra.
El delicado trance financiero del prestigioso club orureño surgió cuando no se pagó el premio del título obtenido en 2019.
EN QUIEBRA
“San José al borde de la quiebra”, dicen muchos periodistas en Oruro. Si bien siempre insisten en que viene un presidente con la bolsa de dólares, surgen tropiezos por la falta de conoci-miento de normas u estatutos, sobre todo de un Tribunal de Honor que parece tener intereses personales y en esta crisis, tiene responsabilidad al precipita decisiones, sin medir los alcances de las mismas,
El problema creció y es que, con la crisis del coronavirus, las cuentas no fueron honradas y por el contrario crecieron.
Los jugadores y ex jugadores pusieron el grito en el cielo, pero no aceptaron las solo promesas, y los “santos” pierden puntos y puntos y pronto perderá la categoría y arrastrará las deudas.
No hay peor quiebra que la moral. El hincha en Oruro y en el país sufre, mientras un pequeño grupo mimetizado en comité electoral, decide a quien poner y a quien sacar, y no hay solucio-nes visibles. Con tanta indecisión y desconocimiento de las normas no vino la calma. Sino la tierra quemada.
Una declaratoria de quiebra, haría que se pierda la categoría, con intervención judicial se re-matarían los bienes y se pagaría -con lo que alcance- al personal administrativo, cuerpo técni-co y jugadores con prioridad.
San José esté en terapia intensiva, con oxigeno y con las horas contadas sino se toma una deci-sión en base a unidad.
Los problemas por los que atraviesa la entidad santa, lamentablemente no son de ahora, sino que se han ido sumando y han sido una constante en los últimos años.
Siendo uno de los más taquilleros del fútbol nacional, por no decir el que más hinchada mueve por todo el país, debería estar en otra situación.
Sin mencionar nombres, San José casi siempre ha tenido problemas económicos que han ori-ginado serios problemas institucionales, por lo menos en los últimos años han sido una cons-tante y eso es para lamentar.
Tras 11 años de sequía, en diciembre de 2018, San José de la mano de Eduardo Villegas Cá-mara logró un título que fue bastante bien recibido por parte de todos quienes amaban al po-pular cuadro “santo”, que de la mano del timonel valluno logró una nueva estrella, con Wilson Martínez en la presidencia.
¿Quién iba a pensar que a partir de esta situación? Se iba a generar otro problema, quizás ma-yúsculo, tomando en cuenta la actual situación de la entidad, que está librada a su suerte.
Los premios que se pagaron por la clasificación a la Copa Libertadores, quizás desmedidos en un orden de un millón de dólares han generado un menudo problema, los mismos que hasta la fecha no han sido honrados en su totalidad.
SE AHONDA LA CRISIS
En octubre del 2019, Wilson Martínez decidió presentar su carta de renuncia ante las presio-nes de algunos socios, al quedar descabezado el club, los jugadores decidieron hacerse cargo del mismo solicitando la colaboración de Carlos Estrada quien fungió como presidente interino de la institución, se tuvo diferentes campañas para la captación de recursos, además que las recaudaciones de los encuentros fueron fiscalizadas por los propios jugadores y el cuerpo téc-nico.
Luego vino la gestión de Huáscar Antezana, quien desde un principio tuvo problemas, los mis-mos que decantaron en una crisis sin solución, tomando en cuenta de que, en San José, cada día aparecieron y aparecen cuentas por pagar.
SIN CABEZA
Lo que ocurre hoy en día es lamentable, porque ni David Ribero ni Patricia Flores, quienes fue-ron elegidos en Asamblea de Socios pudieron dar solución a la seria crisis económica que ge-nera que el actual equipo esté abandonado a su suerte. Trabajó bajo el mando de Domingo Sánchez, sin embargo dimitió por los serios problemas económicos que confluyen en un equipo difícil de manejar, por los pasivos que tiene, además que hay detrás una serie de demandas de ex jugadores, quienes como el caso de Carlos Saucedo, quieren que se les pague lo adeudado en cuanto a salarios, por más de cien mil dólares, caso contrario, se le seguirán restando pun-tos a los orureños, que el año pasado tuvieron problemas de esta índole, que le originaron que se posicione en sitiales de retaguardia de la tabla de posiciones.
Con el equipo, de nuevo bajo el mando de Domingo Sánchez, sin agua ni ropa de entrena-miento adecuado, y sin un directorio que, de la razón por el equipo, no hay una luz en el fondo del camino.
Se menciona que quien ose para ser elegido como nuevo titular del cuadro “santo” debe can-celar ya no más un dinero por alrededor de 500.000 dólares, de lo contrario, el equipo orure-ño comenzará con menos tres en el siguiente torneo que se avecina.
No es poco, dada la actual situación de los clubes y en medio de la pandemia. Ese es uno de los problemas que no se ha logrado solucionar. Con todo ello, un grupo de valientes jugadores, entrenan en silencio, quizás en algunos casos mascullando su bronca, y otro esperanzado en poder llevar adelante un buen campeonato.
Así están dadas las cosas, en un San José cuyos problemas no parecen tener solución, salvo que un mecenas vuelva a aterrizar en el fútbol nacional y evite su desaparición ahogado en inmensas deudas económicas.