Cristian Leonel Díaz, argentino, 44 años, hombre trabajador, lleno de fe y amante de lo que hace… Conocimos el Lado B del exitoso técnico que paseó por varios clubes con un iluminado debut en su carrera.
DICE CRISTIAN LEONEL DIAZ que la intensidad es una las cualidades de los jugadores y también de los técnicos.
Estando cerca al 71 aniversario de Wilstermann, buscamos una palabra diferente del técnico «aviador» y hallamos su lado B.
BOLIVIA. Me gusta mucho el país, no conocía muchas ciudades. Por ejemplo, me llama la atención La Paz, es muy bonita y parece la ciudad enclava en un volcán. Santa Cruz, es algo que también me gusta mucho. Cada ciudad tiene su característica y me agradan.
SIBARITA. No podía faltar el degustar algunos platillos, me gusta por ejemplo el charque, por la cocción de la carne, también probé el pique, el silpancho y hasta el trancapecho. No, no me hago problema de degustar cosas del lugar, aunque no siempre…
FORMACIÓN. Leo bastante, no me falta un libro de grandes técnicos. Hice muchos pases laborales y bueno, en la vacación, que es cuando no tienes trabajo, sirve el tiempo para seguir formándote.
LA VICTORIA. Esos momentos emocionales te dan confianza y también te dan serenidad, pues hay que saberlos asumir con temple.
LA DERROTA. Es una sensación fea, pero me tocó trabajar tanto. Sientes angustia, pero tiene que durar menos tiempo que cuando te diste alegría.
PANDEMIA. Muy desgraciada, nos colmó y se llevó a mucha gente. Hay gente que se recuperó y esto nos debe hacer mejores personas para valorar todo. Pues no hay dinero que te salve y nos demuestra que la corta es la vida y además es prestada. Se llevó a muchos sin distinción social.
FE. Rezo antes y después del partido, pero no soy católico ni protestante. Pues respeto el credo de la gente que me rodea. De familia siempre fuimos así.
FACUNDO. Mi hijo está en Buenos Aires, le habló todos los días. No, no sigue mis pasos, el 16 de noviembre cumplió años. Esta estu-diando Economía y Finanzas. El estudio se impuso al fútbol y me alegra muchísimo. Siempre esperamos cosas mejores de nuestros hijos.
CABALERO. No, no soy cabalero. Por ahí lo fui algún momento, pero como se repite la rutina… pues eso en este tiempo no, creo que todo viene producto del trabajo.
WILSTERMANN. Es un club importante para mi, se dio la oportunidad de venir y estoy cómodo. Amplié mi contrato, y uno no sabe cuánto durará y lo que vendrá, pero tenemos metas y objetivos institucionales. Encontré un buen grupo de dirigentes y jugadores.
TÉCNICO. Es una linda carrera y oportunidad por naturaleza. Estoy lejos de ser un fenómeno. Soy un técnico que conserva los valores. A veces te golpea en la vida, pero es seria y alegre, de mucha responsabilidad. Y aquí hay dos valores, el trabajo y el grupo humano.
DE TEMPLE. Si, soy un hombre de temple y esto me lo dio el tiempo de trabajo en mi país, en Italia y España. Pues se de lo que es la caricia y la crítica. Eso se adquiere con el paso del tiempo. Lleve 14 años de jugador y desde 2009 que soy director técnico.
FAMILIA. En Wilstermann se pretende tener una familia, aunque no es sencillo maneja 70 personas con sentimientos diferentes, nos tocó muchas cosas color de rosa, como también el cariño expresado a flor de piel. La familia, es algo que queremos en el equipo.
HIPOCRECIA. Detesto ello, me hace feliz trabajar sin hipocresía, con mucha entrega. Lo del DT está en el campo de juego y lo hago así hasta el último día. Esto le hace a uno grandemente feliz.
LIBERTADORES. Llegamos aquí con esfuerzo de todos, pero sueño con lo máximo, llegar arriba, pero bueno… avanzamos y estamos en octavos pensando en Libertad de Paraguay. Ahí nos jugamos la vida.
EDAD. No soy prejuicioso a mis 44 años de edad, Tevez a sus 36 sigue jugando, si físicamente cuenta para mi, no soy prejuicioso, nada que ver… cuenta la entrega y desempeño.
TENTADOS. Me enteré que hay algunos jugadores que son tentados por otros clubes del interior. No cortaré su carrera de nadie, pero me sorprende esa actitud. Todo está en manos directas del jugador. Es una decisión personal, si tienen que partir, pues buscamos el reemplazo.