MIÉRCOLES 21, un día después del buen y resonante debut de Always Ready en la Copa Libertadores, que marcaba además su primer triunfo en el torneo internacional después de 53 años ganándole en La Paz al Internacional de Porto Alegre, nadie espera-ba un miércoles negro como el 21 de abril.
Fueron tres golpes y duros. A un técnico le costó el cargo, el otro transita por un delgado hilo y el tercero, está bien, ya que su club entiende de procesos y se repuso con un triunfo pos Copa en el campeonato doméstico.
El más duro golpe se sintió en el estadio miraflorino Siles, donde Boca Juniors jugando por la Libertadores le asestó un solo y mortal golpe al tigre con un equipo virtualmente joven y renovado. Ese 1-0 le costó la silla del banco al profesor Alberto Illanes.
Tras el pitazo final estallaron las redes sociales y vencieron al presidente atigrado pidiéndole la salida del DT potosino, sentido discriminado por el grueso de la barra atigrada.
Mientras que en Montero, población a 50 kilómetros de Santa Cruz, el local cayó 1-3 por la Sudamericana ante el «Rey de Copas», el Club Atlético Independiente de la Argentina. No se rasgaron las vestiduras.
Y en Fortaleza, Brasil, Wilstermann era goleado por 3-0 por el Ceará. Era un durísimo golpe que también levantó en protesta a la hinchada del más popular equipo de Cochabamba y todos los dardos apuntaron a la pronta salida de su técnico Mauricio Soria, cuyo cargo pende de un fino hilo. En la recta final del compromiso, el cuadro «aviador» descontó con Osorio el 1-3 a favor del anfitrión.
Fue una fecha negra, obscura y dolorosa para el fútbol boliviano.