BOLÍVAR JUGARÁ ANTE EL COLOMBIANO JUNIOR EN ABRIL. NO SUPERAR ESE
ESCOLLO SERÍA UN FRACASO.
POR ROBERTO AGUIRRE DURÁN
SUPERAR LA FASE 3 DE LA COPA LIBERTADORES fue un trámite para Bolívar. La derrota por 0-1 en el partido de ida en Montevideo ante Wanderers fue revertida con un mazazo: 5-0 en La Paz. Pero que la goleada no llame a engaño. El cuadro uruguayo no fue un nivel para medir el potencial de la ‘Academia’.
Para empezar, vale recordar que Wanderers no clasificó al torneo, ocupó una plaza que le correspondía al fútbol uruguayo y que tres clubes habían rechazado. Como hasta febrero los charrúas no habían concluido su competencia de 2020, tuvieron que nominar ‘a dedo’ a sus representantes tanto a la Libertadores como a la Copa Sudamericana.
Wanderers apenas hizo los deberes con el triunfo por la ventaja mínima en el primer duelo que, en descargo de Bolívar hay que mencionarlo, el representante na-cional afrontó sin ritmo de juego debido a que no había comenzado el campeonato por demoras organizativas de la dirigencia. Se enfrentaron los dos extremos, el uno que estaba en la recta final de su torneo y el otro con apenas unos amistosos con tierras brasileñas.
En la revancha, Wanderers tuvo media docena de bajas debido a infectados por el Covid 19 y encima regaló el partido fuera de la cancha, al llegar a La Paz sin te-ner un hotel donde descansar en las horas previas al partido. ¡Los integrantes de su delegación almorzaron en el bus que los bajó del aeropuerto! Desplegaron los asientos y durmieron ahí mismo la siesta. Una imagen surrealista, traída de los primeros años de la Libertadores y que corresponde más a equipos amateur que a clubes del siglo XXI.
Pero eso, claro, no es culpa de Bolívar. Hasta se puede tomar como un perjuicio, por lo que le impidió tener un rival exigente, que pusiera a prueba el potencial de un renovado cuadro, que este año dirige el español Natxo González.
Para rescatar quedan los goles anotados por el argentino Leonardo Ramos (2), los arietes nacionales Bruno Miranda y Jorge Ábrego, anotaciones a las que se sumó un autogol de los rivales. Quedan partidos del torneo local, para seguir haciendo ajuste de tuercas. Menos mal que ya hay exámenes en juegos ligueros, porque se viene un rival más duro.
En la Fase 2 copera el rival a vencer es Junior de Barranquilla, que llega con el antecedente de haberle ganado de ida y vuelta al venezolano Caracas FC, que también soportó bajas por Covid en su duelo de segunda vuelta. Otro dato de semejanza de Bolívar con sus próximos contendores es que ocupan similares puestos en el ranking de Conmebol, el cuadro boliviano en el puesto 29 y los colombianos en el 27.
La principal carta de presentación de Junior de Barranquilla es una poderosa línea de ataque, en la que cuenta con el ex River Plate Teófilo Gutiérrez y con Miguel Borja que es habitual convocado a las actuales Eliminatorias. El volante argentino Fabián Sambueza es otra de sus figuras, en el cuadro que dirige quien fuera un gran futbolista colombiano: Luis Amaranto Perea.
Ese es el rival al que debe afrontar Bolívar, que tiene más rodajes pues el campeonato colombiano lleva una docena de fechas disputadas. Bolívar arranca de local y tendrá que conseguir una amplia diferencia de goles en La Paz, un reducto en el que ya comenzó bien y en el que pretende ratificar sus ilusiones de llegar lejos en la Libertadores.
El Bolívar modelo 2021 mete segunda en la Copa, confiado en la firmeza que le puedan dar Guitián y Quinteros en el fondo, apoyados por laterales como Bejarano y Fernández que tienen ese ida y vuelta para defender y atacar. Leonel Justiniano y Erwin Saavedra deben darle equilibrio en el centro del campo, para esperar los goles de Ramos, Miranda, o Ábrego que es la habitual alternativa para refrescar el ataque.
Un antecedente a favor del cuadro bolivarista: en la Libertadores de 2012 ya le ganó, de ida y vuelta, a Junior de Barranquilla. Una década después, intentará repetir la superioridad, para avanzar al cuadro principal copero. Quedar en el intento sería un fracaso estrepitoso.